
Para los que nos consideramos amantes del cinemabis hispánico, las últimas semanas vinieron rodeadas de las noticias sobre la vuelta de uno de sus personajes más icónicos y recordados: Supersonic Man. El superhéroe nacional por excelencia fue llevado a las pantallas de medio mundo por el infatigable Juan Piquer Simón en 1979, con un film donde las labores artesanales y oficiosas del cineasta hicieron ir más allá su ímpetu exploit para fraguar un personaje con iconografía propia y un sentido de lo épico que hizo olvidar su condición de película minoritaria. Aún a la sombra de su modelo de referencia, el Superman adaptado un año antes por Richard Donner, Piquer Simón doblegó cualquier pretensión artística a favor de un film recordado con cariño y devoción, que vino a presentar a un cineasta que cambiaría el cine de género español justo cuando empezaba a entrar en su ocaso. Sigue leyendo



