Ayer fallecía de manera inesperada May Heatherly, uno de esos rostros que gracias a ciertas participaciones interpretativas conseguirían inmortalizarse dentro de la época dorada del cine fantástico español. Aunque nacida en Estados Unidos, donde dio sus primeros pasos interpretativos dentro de la televisión, siendo muy joven se trasladaría a España buscando una oportunidad en el cine. Así comenzaría a trabajar bajo las órdenes de Leon Klimovsky en Torrejón City junto a Tony LeBlanc para luego protagonizar el thriller Ella y el miedo, que junto a otros proyectos le valdría para fraguarse paulatinamente una modesta pero intensa carrera en nuestro país que alternaría con alguna producción foránea. Colaboraría con otros nombres propios del cine nacional de la época como Antonio Mercero en Manchas de sangre en un coche nuevo o Javier Aguirre en Vida íntima de un seductor cínico y la «giallesca» El asesino está entre los trece, donde aparece rodeada con icónicos rostros de la época como Patty Shepard, Simón Andreu o Jack Taylor. Ya en los 80 se convierte en un rostro bastante reconocible gracias a su participación en Virus de Antonio Margheriti, Mil gritos tiene la noche de Juan Piquer Simón o Al filo del hacha de José Ramón Larraz. Tras una carrera en la década de los 90 más dedicada a la televisión, fue repescada por Víctor Matellano para su Vampyres en un claro intento reivindicativo de su figura, reciente estreno que se ha convertido en el trabajo póstumo de la actriz.

Hasta siempre.