Getting Into Heaven (Edward L. Montoro, 1970)

Heaven (Uschi Digard) es una joven europea que llega a Hollywood con una gran aspiración, convertirse en una estrella de cine. Comparte piso con su amiga Sin (Jennie Lyn) y juntas organizan una reunión con el señor Salacity (Miles White), un importante productor cinematográfico que someterá a Heaven a un riguroso casting. Nuestra protagonista, en su aventura por conseguir ese papel soñado que cumpla sus propósitos de popularidad, también encontrará el amor, un joven policía, Bernie (Scott Cameron), que también se verá inmerso en todo un desafío que llevará consigo todo tipo de escarceos sexuales.

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Dirty Pool (Ed Stevens, 1970)

Una pareja hacen ruta con su coche deportivo a través de las soleadas colinas de Hollywood, donde no tendrán ninguna objeción para dar rienda suelta a sus más carnales instintos a través de las praderas californianas. De entre todas las mansiones del lugar, acabarán por encontrar un lujoso emplazamiento donde vive un adinerado matrimonio que utiliza su piscina para todo tipo de prácticas sexuales. Cuando la pareja de extraños vean las voluptuosas formas de la dama de la casa, harán un necesario alto en el camino…

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Triple Feature: «Las Sádicas» + «Viciosas al desnudo» + «Knock Knock»

trilogía

El reciente lanzamiento de Knock Knock de Eli Roth ha planteado que se recupere del olvido un film tan atado formal y estéticamente a su época y a la vez tan desconocido en nuestro tiempo como Las Sádicas, dirigido en 1977 por Peter S. Traynor. La película planteaba una premisa tan básica como es la home invasion, consentida y aparentemente inofensiva en primer término, perpretada por  dos jovencitas de aspecto inocente y virginal interpretadas por Sondra Locke y Colleen Camp, quienes conquistan a un padre de familia modélico dramatizado por un Seymour Cassell al que acabarán haciéndole sufrir hasta el extremo en el propio domicilio familiar, símbolo este de una ejemplar y envidiada existencia que se ve agitada desde los más hondos cimientos morales del sufrido protagonista. Conviene aprovechar la confesa revisión perpetrada por Eli Roth para recuperar el film original, además de rescatar de los olvidos la copia descarada parida en 1980 por el incombustible Manuel Esteba dentro de la por entonces incipiente cinematografía hispana del destape, Viciosas al desnudo. El film de Roth, de reciente proyección en el festival de Sitges y ya visionado por servidor, también será objeto de análisis en un intento de comparar las tres visiones de una premisa argumental básica pero que parece dar de sí unas ramificaciones identificativas que cada realizador intenta hacer propias.

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