Inefable producto parido en las aristas más tercermundistas del cine de terror underground, que al menos no tiene un mal punto de partida con la trama de un espíritu maldito que aprovecha la festividad de Halloween para transformarse en una «monstruo calabaza» mortífero y atacar sin ningún tipo de principio a un grupo de jóvenes desamparados. Una película totalmente amateur y que de manera inexplicable alcanzó una distribución en 2005 en DVD mediante una relevante compañía del terror como LionsGate, algo precedido de incluso por algún estreno en festivales.

Un film que sí guarda cierto compromiso en su naturalidad rural, que aún tirando del tópico de grupo de adolescentes acechados por un mal para ellos inexplicable (y que hace que la trama tenga ciertas raíces con el Slasher) no se disfrutará lo más mínimo por su poco disimulo a la hora de esconder los defectos de producción  (aupados por su casi inexistente presupuesto), su inconexión en sus historias, la sensación de total desunión de la trama con el contexto global de la película y un conjunto de secuencias rodadas con pésimo gusto, donde los esperados asesinatos resultan totalmente intrascendentes y hasta ridículos. Es una pena porque como se ha dicho previamente, la idea de traer una historia con un espíritu maldito a la festividad de Halloween, que se aprovecha de la mítica calabaza símbolo de la celebración (llamada Jack O’Lantern en norteamérica), parecía algo interesante, pero su director pretende realizar una película de explotación (en el peor sentido de la palabra) olvidándose de los mínimos esquemas cinematográficos exigibles. Película cutre y muy zafia en sus estamentos, que no permitirá que ni los más arqueólogos del cine underground la disfruten con un mínimo de sentido hacia el género.

Dirige este desaguisado Ron McLellen, con cierto prestigio en la liga del cortometraje underground del horror, con ciertas experiencias en el largometraje; repetiría temática de Halloween en  su All Hallows Evil: Lord of the Harvest (2012). Reparto totalmente desconocido, venido directamente de la industria del cine directo a videoclub, de la que esta Jack O’Lantern representa esos curiosos límites entre lo profesional y lo amateur. La distribución de LionsGate le proporcionó cierto prestigio a la película en este tipo de cine de terror más secundario, aunque con muy malas críticas en su mayoría. Está ambientada en los días previos de Halloween (con carteles que nos ubican temporalmente), donde los preámbulos de la noche de las brujas tienen relevancia absoluta con el leitmotiv de la historia, aunque el pobre resultado lo ahogue todo.

Saludos desde el Gabinete, camaradas.