Tópico slasher que se aprovecha de la fiesta de Halloween para aportar una ambientación característica y atrayente a su más que discutible desarrollo, en una historia de dos hermanos, Lynn y Jonathan, que tras recibir un inesperado ataque de un sanguinario asesino ataviado con una máscara de calabaza, descubrirán que en realidad se trataba del desequilibrado novio de la chica. Tiempo después volverán a vivir sus temores cuando sean invitados a una multitudinaria fiesta donde, como mandan los cánones, se celebrará como se merece la noche de las brujas… 

The Pumpkin Karver es una mala película porque entra de lleno en cada uno de los clichés del Slasher, evitando cualquier aportación interesante a cualquiera de ellos, sino que además concibe el subgénero de una manera totalmente torpe y sin ninguna gracia hacia su exposición. El desarrollo de la historia será en plena celebración de Halloween, con una fiesta como núcleo del entramado donde, como no podía ser de otra forma, un grupo de jóvenes serán paulatinamente asesinados mientras los dos protagonistas comienzan a evocar sus miedos pasados. Una muestra más de un subgénero herido de muerte en aquel año 2006, del que se pudiera rescatar el posible encanto de su ambientación en plena localización rural, pero que no cumple el mínimo exigible para tomar con cierta seriedad tanto su historia (evolucionada de manera muy torpe, y a pesar de su sencillez, narrada de manera confusa por su intento de abarcar el elemento del psychokiller y lo sobrenatural) como su plantel de personajes, con un descuidado tratado de los roles secundarios, cuyo planteamiento en escena suele ser norma básica en cualquier película de su especie. A favor de la película cabría decir que respecto a su propia iconografía proveniente de Halloween se aprovechará de ello para aportar algunos apuntes estéticos interesantes, dinamitados en el pobre resultado global.

La película se estrena, aprovechando la coyuntura, el 31 de octubre de 2006, seguramente en un circuito muy limitado de salas, para ser posteriormente explotada tanto en el mercado del videoclub y la televisión. Su director, Robert Mann, que se encuentra aquí ante su segunda película y a la que seguirían un par de cortometrajes, hace confesos homenajes a algunos de sus terrores favoritos como Jeepers Creepers (2001) o Scream (1996). De su reparto destacar a la pareja protagonista de hermanos, interpretados por la voluptuosa belleza de Amy Weber, aquí oficiando de final girl (vista en Transmorfers [2007], la réplica Asylum a la saga que ya ustedes habrán adivinado) y Michael Zara, en el horror conocido principalmente por esta película. De The Pumpkin Karver llama poderosamente la atención lo atrayente de su póster, imagen que lamentablemente no veremos en la película. Como hemos dicho, Halloween tiene una importancia trascendental en la trama, aunque lamentablemente el resultado final no le haga justicia.

Saludos desde el Gabinete, camarada.