Recomendando: Cine-Bis #6

Portada 06

Cine-Bis, uno de los más representativos símbolos de la nueva vida que parece estar viviendo el mundo del fanzine, vuelve a la carga con su sexta entrega, siempre con el incombustible Javier G. Romero a la cabeza. Este nuevo número vuelve a afianzar la estabilidad y el incesante paso de una publicación, hermana pequeña de la histórica Quatermass, que ya se afianza como un magazine clave en el fandom nacional. Este Cine-Bis #6 se presenta con una portada dedicada en exclusiva a los Hermanos Marx, que a la postre protagonizarán uno de los artículos de cabecera de este nuevo número que es fiel a la cita cuatrimestral de la publicación. Aunque a continuación desgranaremos todos y cada uno de los contenidos de esta entrega que ahora se presenta, adelantar que el fanzine orquestado por Javier G. Romero continúa leal a su espíritu de transmisión de una absoluta pasión hacia el cine de géneros de todo el mundo, como reza su subtítulo de presentación, dentro de una maquetación visual y presentación totalmente afines a la seriedad y devoción con la que tanto Javier como su grupo de colaboradores se prestan a discernir sobre las distinguidas temáticas de la variedad genérica del séptimo arte.

En el editorial el propio Javier G Romero muestra su enorme entusiasmo ante la actual nueva edad de oro del fanzine como medio de publicación, aprovechando para dar la bienvenida a dos nuevos miembros de ese mundo, como son Westernworld y Obsesión Continua; en la columna Javier también hace tener en cuenta al lector que por razones de espacio la habitual entrevista a diversos fan-editores quedará retrasada hasta el próximo número. A continuación tendrá cabida la habitual sección llamada «Vida pública de Cine-Bis«, donde en esta ocasión Javier aprovecha para repasar fragmentos de algunas de las referencias que diferentes websites han hecho sobre el pasado número del fanzine, acompañado de diversas fotos de lectores y amigos junto a sus ejemplares de Cine-Bis. Hay que aprovechar la ocasión para agradecer enormemente a Javier la inclusión de un fragmento de la reseña que servidor hizo sobre el anterior número de Cine-Bis en este humilde rincón virtual, el pasado 3 de noviembre de 2015. Junto a esta sección, también veremos una referencia a una pasada presentación que se realizó de la publicación en la filmoteca de Cantabria, acto que se complementaría con la proyección de la película El terror de las chicas (1961) de Jerry Lewis (recordemos que en el pasado número de Cine-Bis se incluyó un ensayo sobre la carrera del cómico) contando el evento con la presencia del propio Javier así como la del director cántabro Paulino Viota. Anexo a «Vida pública de Cine-Bis» veremos la promoción de la interesantísima publicación Eugenio Martín. Un autor para todos los géneros de Carlos Aguilar y Anita Haas, editado por el propio sello Quatermass.

Los Hermanos Marx. El humor es dinamita (1ª parte)
Hermanos Marx - Sopa de ganso

Los hermanos Marx en una foto promocional para Sopa de Ganso (Duck Soap, Leo McCarey, 1933)

El dossier que da el pistoletazo de salida a este sexto número, que también ilustra su portada, viene firmado por Pablo Fernández. Supone el inicio de un amplio repaso en el que leeremos sobre coyunturas tan interesantes del célebre grupo de hermanos humoristas como sus comienzos en el vodevil o su paso por Broadway, así como sus otros trabajos previos a dar el salto al cine que ya los catapultaría a la fama. El amplio contenido de este especial nos permite descubrir cosas tan interesantes como que la madre de los Marx, Minnie, era toda una empresaria del espectáculo de Chicago que hasta su muerte sería la representante y mánager de sus hijos. En el repaso Fernández incidirá en temas como la importancia que la música tendría para su sentido del humor o sus técnicas interpretativas, permitiéndonos descubrir con detalle sus primeros pasos en el teatro: On the Mezzannine Floor (1921) sería una de sus primeras obras teatrales más características, para que a principios de los años 20 sea cuando comience su andadura en el cine, con alguna que otra producción cancelada, algo que nos deja ver que sus comienzos en el séptimo arte no fueron nada fáciles. Fernández nos descubrirá también que algunos de los hermanos aparecerían por separado en algunos films, como haría Harpo en Too many kisses (1924) o el cameo de George Bernard Shaw y nuevamente Harpo en Las tres pasiones (1928). En esta primera parte también se incidirá en su fichaje por la Paramount y sus anécdotas anexas con la compañía, además de los problemas en la imposibilidad de que el famoso grupo pudiera plasmar en pantalla el ímpetu teatral en sus primeras películas como Los cuatro cocos (1929), incluyendo mención especial a su inseparable actriz  Margaret Dumont. El dossier se completa con diversas anécdotas biográficas, así como el análisis de algunas de sus primeras importantes películas como El conflicto de los Marx (1930),  Pistoleros de agua dulce (1931), Plumas de caballo (1932) o Sopa de Ganso (1933), con la que finaliza su etapa con Paramount pero encontrándose plenamente inmersos en la industria de Hollywood. Fernández finaliza adelantando que la siguiente parte del dossier se dedicará ampliamente a su paso por la prestigiosa Metro-Goldwyn Mayer, ya como trío, tras el abandono de Zeppo.

La llamada de África. Cine de aventuras en el continente negro

Aventuras en África - Regreso a las minas del rey Salomón

Regreso a las minas del rey Salomón (Watusi, Kurt Neumann, 1959)

Tomás Fernández Valentí nos presenta un profuso ensayo sobre la explosión de historias cinematográficas ambientadas en la selva africana a partir de los primeros años de la salida del cine sonoro, esa época en la que, por ejemplo, se presentaron unos primerizos films sobre el mito de Tarzán que ayudarían a afianzar el estereotipo blanco sobre la África negra que posteriormente se desarrollaría. Tiempo después, una serie de películas instaurarían de manera muy seria esa visión durante los años 30 y 40, a colación de numerosas cintas ´B´y diversos seriales, hasta clásicos como Casablanca (1942) que afianzaría completamente ese punto de vista. Fernández Valentí profundiza  con el repaso con otras películas como Safari (1940) o Cuando muere el día (1941), entre otras, llegando a la década de los 50 etiquetada en el texto como el esplendor del subgénero de las aventuras africanas gracias a hoy consagrados clásicos como Las nieves de Kilimanjaro (1952), Mogambo (1953), Cuando ruge la marabunta (1954) o la sempiterna La reina de África (1951), que inauguraría la corriente en la década; el incesante dossier no se olvida de otras representativas pero menos conocidas y  reivindicables cintas como Bwana , el diablo de la selva (1952) o La hechicera blanca (1953). Las siguientes décadas quedan definidas bajo la visión de Fernández Valentí como igual de productivas  pero dentro de una visión más amarga y violenta, como atestiguan films como  La presa desnuda (1965),  El vuelo del fénix (1965) o Último tren a Katanga (1968); ya en los 70 la corriente se diluye en la producción americana, con unas pocas muestras que intentan imitar el tono amargo de la década anterior, en títulos más esporádicos como Shaft en África  (1973) o El viento y el léon (1975), al mismo tiempo el subgénero revive en tierras británicas con ciertas películas de trascendencia así como las respuestas en diferentes tonalidades venidas de Francia o Italia. En su conclusión, el autor se centra ya en lo debilitado que está hoy en día la presencia del cine de aventuras en África, destacando a este respecto unas muy pocas películas de calidad que podrían entrar en él como Greystoke: la leyenda de Tarzán de los monos (1984) o Los demonios de la noche (1996), para concluir citando algunos otros clásicos del cine que utilizaron su localización en el continente africano para desarrollar sus tramas en un contexto más alejado de la aventura.

Entrevista a Hugo Blanco. Duro y a la cabeza
Hugo Blanco - Esa mujer

Hugo Blanco junto a Sara Montiel en Esa mujer (íd, Mario Camus, 1969)

Nos encontramos ante una entrevista inédita hasta la fecha que Carlos Aguilar realizó en 1999 a uno de esos rostros del culto del cine de género como el argentino afincando en España Hugo Blanco. Se repasan todo tipo de apuntes biográficos, conociendo así sus orígenes teatrales o su traslado a España a colación de sus primeros trabajos con Jess Franco, sobre el que cuenta alguna que otra interesante anécdota. La entrevista se convierte así en una especial  y divulgativa narración sobre las vivencias de Blanco en el fascinante mundo de la co-producción y el cinemabis español, abordando desde las películas que haría con los hermanos Romero Marchent o el inolvidable western El precio de un hombre (1966) de Eugenio Martín, por citar a modo de somero ejemplo de una larguísima carrera interpretativa. Especialmente interesante es comprobar cómo Blanco relata sin ningún tipo de tapujo sus impresiones sobre muchos de sus compañeros de reparto o las amistades y enemistades que se fraguaría durante todos sus años de carrera, transmitiendo mucho de lo que se vivían en aquellos rodajes. Por ello, Aguilar no duda en ofrecer con sus preguntas un repaso a su carrera mencionando a muchos de los grandes rostros con los que Blanco trabajaría como Tomás Millian, Patty Shepard, Carroll Baker, Anita Ekberg, Carmen Sevilla o Paul Naschy, así como directores como Eloy de la Iglesia, Juan Antonio Bardem, Jorge Grau o Vittorio de Sica. Todo narrado en primer persona por Hugo Blanco, sin  atadura ninguna a la hora contar su opinión sobre el trabajo y trato con toda la gente del oficio con la que compartió proyecto, que finalmente conforma un enorme y sincero retrato de la memoria viva de uno de los grandes rostros del cine de género europeo. En la entrevista también hay hueco para que Blanco hable sobre su momentáneo abandono del cine a finales de los 7o con el ocaso del cine de géneros, y unas reflexiones finales sobre otras cuestiones de su oficio.

Slasher Films. El arte de matar (2ª parte)
Slasher - Viernes 13, último capítulo

Viernes 13. Último capítulo (Friday The 13th. The Final Chapter, Joseph Zito, 1984)

Diego Salgado presenta la segunda parte de su completísimo dossier acerca de uno de los subgéneros del cine de terror con más impacto dentro de la cultura popular, el Slasher. Aquí se centrará principalmente en la época que se podría considerar como plena eclosión del subgénero, repasando las claves y trascendencias de obras tótem como La Noche de Halloween (1978), así como otras seminales pero relevantes proyectos como El rostro de la muerte (1976), Massacre at Central High (1976), Pánico al anochecer (1977) ,  The toolbox murders (1978) o la video nasty  Don´t go in the house (1979); en el repaso también habrá hueco para otros más desconocidos slashers como The Silent Scream (1979) o Psicópata (1980). Como es inevitable a la hora de abordar la etapa más representativa del subgénero, se aborda también el cambio que supuso Viernes 13 (1980) en el espíritu de las localizaciones del subgénero, aquí un enorme campamento, además de su impacto en la industria de Hollywood con émulos como The Burning (1981) o la irrupción aplastante de la corriente en el cine de género de entonces. También Salgado relatará sobre la vena paródica que de manera imprevista surgiría acerca del Slasher en su plena eclosión, así como de un conjunto desgastado de clichés auspiciados por esas sagas salidas de iconos del subgénero con amplias miras comerciales. En el dossier se abordará también esa decadencia iniciada a mitad de la década de los 80, época en la que el Slasher perdería mucha de la previa fiel respuesta del público, pero que seguiría aguantando el tirón gracias al incipiente mercado videográfico. Como no podía ser de otra forma, también encontrará hueco aquí la nueva era del Slasher elucubrada por la conscientemente paródica saga Scream, quien capitanea el repaso a esos otros títulos más actuales que hace no muchos años hicieron que el subgénero disfrutase de una nueva pero discutida juventud. 

Entrevista a Tsugunobu «Tom» Kotani. El último samurai
Tom Kotani - Los abismos de las Bermudas

Los abismos de las Bermudas (The Bermuda Depths, Tsugunobu Kotani, 1978)

La segunda entrevista incluida la realiza Daniel Aguilar a Tsugunobu «Tom» Kotani, realizador japonés bastante representativo del cine de géneros oriental, especialmente en la década de los 70, a pesar de ser uno de esos raros casos de director nipón que trabajaría mucho más tiempo fuera de sus fronteras. Tras una breve introducción descubrimos a través de las respuestas cómo Kotani comienza siendo ayudante de dirección de la Toho, así como sus labores como asistente al servicio de prestigiosos realizadores nipones como Hiroshi Inagaki  o Mikio Naruse para poco después dar el salto a la realización. También se abordan, de manera inevitable, la experiencia de Kotani en el mundo de la co-producción, como el musical Marco Polo (1972), donde cuenta no pocas anécdotas de este sistema de creación, al que llegó en parte gracias a su dominio del inglés. A la palestra saldrá una figura tan importante para Kotani como el incombustible productor Arthur Rankin Jr, a colación de otras obras imprescindibles del cineasta entrevistado en su etapa americana como The Last Dinosaur  (1977). Se repasarán multitud de anécdotas, recuerdos, y conceptos de otras películas de Kotani como Los abismos de las Bermudas (1978), Pinku Redi, no katsudo daishashin (1978), La espada del samurai (1979), The ivory ape (1980), o su experiencia rodando en España Howaito rabu (1979). En definitiva, la entrevista supone un viaje emotivo y cercano acerca de la carrera del cineasta, donde conoceremos su manera de entender el oficio, sus experiencias en el a veces complicado mundo de la co-producción y un montón de memorabilia acerca de sus películas, muchas de ellas iconos de la Serie B.

Pantalla transexual. El cambio de sexo en el cine

Cine transexual - Mi querida señorita

Mi querida señorita (íd, Jaime de Armiñán, 1971)

El propio Javier G. Romero aporta un amplio ensayo que supone un extenso recorrido sobre las películas que han centrado su temática sobre la transexualidad en el cine, ahora de candente actualidad a través del sabido cambio de sexo de las ahora hermanas Wachowsky, directoras de la popular saga Matrix. El viaje que nos propone Javier nos lleva desde los orígenes del cine como medio, sirviendo de ejemplo para ello de citas a A Florida Enchantment (1914) o Ich möchte kein Mann sein (1918) entre otras, donde descubrimos que en aquellos años ya se contoneaba con cierto tapujo la temática de la identidad sexual, bajo escenas e imágenes extravagantes para la época; al mismo tiempo, mediante las palabras de Javier descubrimos algunos casos reales sobre investigación científica al respecto del cambio de sexo. Sirviéndose de una multitud de títulos como pudieran ser Matrimonio al revés (1940), Glen or Glenda (1953) o The Christine Jorgensesn story (1970), se analizan las peculiaridades tanto de las películas como algunos casos reales sobre transexualidad en los que se basarían alguno de estos títulos. El ensayo también tiene líneas que dedicar a figuras del espectáculo relativas al cambio de sexo, como el travesti francés Jacques  Charles Dufresnoy, alias «Coccinelle», auténtico emblema de la noche parisina,  que daría el salto al cine; otros importantes nombres de transexualidad serían la tenista Renée Richards (cuya historia se adaptó en un telefilm), la compositora Wendy Carlos o el caso del asesinato de Tina Brandon, este último dando origen a la premiada Boys don´t cry (1999). Otros  films como Myra Breckenridge (1970), I Want What I Want (1971), Un año con trece lunas (1978), entre otros, sirven a Javier para identificar y analizar algunas las peculiaridades del fenómeno tratado, que también amplia en territorio nacional citando cintas como  Mi querida señorita (1971), Odio mi cuerpo (1973), Cambio de sexo (1977), El transexual (1977), o incluso las constantes alusiones en el cine de Pedro Almódovar. A razón del abordaje en España de la transexualidad, es inevitable que se haga mención a figuras del talante de Bibi Ándersen o Ajita Wilson, ambas con experiencia en la cinematografía nacional. Abordando títulos más recientes, saldrán a colación ejemplos como El mundo según Garp (1981), No todas las chicas son iguales (1996) o Hedwig and The Angry Inch (2000) entre otras muchas, que planteando la transexualidad en diferentes tonalidades y géneros, permiten a Javier completar un meticuloso y profundísimo ensayo sobre todas las peculiaridades del fenómeno y como este ha sido trasladado al séptimo arte en un mundo donde a día de hoy supone un tabú para algunos sectores de la sociedad.

El testamento del Doctor Cordelier
Cult movie - Testamento del Dr Cordelier

El testamento del Doctor Cordelier (Le testament du Docteur Cordelier, Jean Renoir, 1959)

Juan Andrés Pedrero Santos trae la película de culto de este número con una de las pocas experiencias del realizador francés Jean Renoir en el fantástico, siendo además como una de sus escasas producciones para la industria televisiva, en una revisión del mito de la dualidad Dr. Jekill y Mr. Hyde que data del año 1959. Primero se realiza una introducción a la obra del cineasta desmenuzando las premisas básicas bajo las que se confabularon algunos de los títulos más representativos de la filmografía de Renoir, como  Una partida de campo (1936) o El río (1951), entra otras. A continuación se enlazan diferentes concepciones del icono de Robert Louis Stevenson objeto de revisión en la obra, para enlazar directamente con el repaso del mismo que hace el director francés en un tono de claro humor negro y mordacidad apoyado en algún que otro juego de secuencia musical. Como un completísimo análisis y desmenuzando los entresijos de El Testamento del Doctor Cordelier, Pedrero Santos hace hincapié en factores como el aprovechamiento del talento de su actor principal, Jean- Louis Barrault, así como los límites del formato televisivo que sin embargo Renoir es capaz de suministrar al máximo. Por lo tanto, la factura televisiva será un medio que el elemental cineasta galo exprimirá para sellar las características de la obra, una de las rara avis de su filmografía pero no exenta de su talento innato, aquí con el valor extra de su componente fantastique.

Antonio Isasi-Isasmendi. Energía, dinamismo y ambición.
Antonio Isasi - Estambul 65

Estambul 65 (íd, Antonio Isasi-Isasmendi, 1965)

En la recta final de este número se encuentra este amplio estudio del director español Antonio Isasi-Isasmendi, venido de las plumas de Ramón Freixas y Joan Bassa. El texto supone un meticuloso y amplio repaso a la biografía y carrera del autor, quien atesora una imponente filmografía donde el cine de acción y un apasionado sentido hacia los géneros populares imperan en títulos como Estambul 65 (1965), Las Vegas, 500 millones (1968) o Un verano para matar (1972), que suponen hoy piezas ejemplares del cine de culto nacional a pesar de su germen de co-producción. Dando cuenta del rechazo sufrido en su época por público y crítica, descubrimos el aprendizaje autodidacta del autor, los primeros trabajos que realizaría para la industria y otras circunstancias que inician una dilatada revisión hacia su obra; desde algunas de sus primeras y menos recordadas películas como Relato policíaco (1954), La huida (1955), Pasión bajo el sol (1957), Sentencia contra mujer (1960) o La mentira tiene cabellos rojos (1960), se aborda incluso su experiencia en el documental con Rafael en Raphael (1975) y asistiremos a unos profundos análisis de las facultades cinematográficas mostradas por el autor en su obra además de situaciones biográficas anexas como sus relaciones  de producción con la familia Balcázar. En lo estrictamente cinematográfico el ensayo sobre el cineasta resultará minucioso, sirviendo el estudio de sus films para disertar sobre sus resoluciones narrativas, adentrándose también en sus maneras con la co-producción que iniciaría con La máscara de Scaramouche (1963) y bajo el que fraguó sus mayores éxitos como las ya citadas Estambul 65 (1965), Las Vegas 500 millones (1968) o Un verano para matar (1972), trilogía donde esgrimiría sus facultades para el cine de acción y el espectáculo de la escena. En el tercio final del análisis Freixas y  Bassa no se olvidarán de las últimas obras de Isasi como El perro (1977), periodo en el que se puede intuir un cambio de la perspectiva política del cineasta con la entrada de la Transición, o El aire de un crimen (1988), último film que enlaza directamente con las reflexiones finales sobre la posible trascendencia que su cine haya podido tener hasta el día de hoy.

Matt Helm. El agente burlón 
Matt Helm - Emboscada a Matt Helm

Emboscada a Matt Helm (The Ambushers, Henry Levin, 1967)

Antonio José Navarro clausura este Cine-Bis con un artículo dedicado a la tetralogía de películas del personaje Matt Helm, a su manera respuesta caricaturesca y paródica del más famoso espía británico, James Bond. Se indagan en sus orígenes literarios, una saga de 28 títulos iniciada con la obra Death of a Citizen proveniente del escritor Donald Hamilton, que buscaba en su historia imprimir un premeditado toque de realismo en el mundo del contraespionaje. Su saga cinematográfica se iniciará con Los Silenciadores (1966) de Phil Karlson, protagonizada por Dean Martin en pleno apogeo del alzamiento de James Bond en la cultura popular y la enorme cantidad de émulos fílmicos salidos en la cinematografía europea; Navarro suministrará al lector un breve pero curioso anecdotario sobre su productor Irving Allen, de quien se descubre que su intención con la obra era desmitificar el culto a la iconografía de Bond. En 1966 llegaría la primera secuela de Los Silenciadores, Matt Helm agente muy especial, que le seguirían Emboscada a Matt Helm (1967) y La mansión de los siete placeres (1968), ya paridas con un completo sentido de la autoironía y bajo los efluvios del cine trash, como señala Navarro en sus palabras, que además acabarían influyendo de alguna manera al cúmulo de estridencias formales que la saga Bond iría adquiriendo con el paso de los años. También se aborda la personalidad de los dos directores que llevaron a cabo la saga de Matt Helm (Phil Karlson en la primera y la cuarta, Henry Levin en las dos restantes), así como en el estudio de la figura del espía literario con el cinematográfico, este último dramatizado por un Dean Martin aquí leal a su faceta cómica alejándose bastante del talante estoico y atormentado del proveniente de las páginas de Hamilton, además de estar revestido de las maneras de un playboy prototípico. El ensayo concluye  con unas reflexiones sobre el impacto de Matt Helm como icono contracultural y su supuesto talante post-modernista, para acabar mencionando la posterior adaptación en modo de serial para la televisión donde Anthony Franciosa interpretaría al peculiar espía.

Y con este, ya son seis los números que alcanza un fanzine ya encumbrado como una guía fundamental para el ávido consumidor del cine de género de toda índole y talante. Desde aquí tan solo queda felicitar a Javier y a su nutrido grupo de colaboradores por el trabajo realizado y la pasión de su empeño, deseando que pasen los meses para devorar ya ese futuro número 7. Y recuerde, querido lector, para información y pedidos puede ponerse en contacto en la siguiente dirección de correo electrónico: quatermass@hotmail.com 

*Imágenes por cortesía de Javier G. Romero

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