Sería curiosa la labor de entender el crecimiento paulatino del culto hacia una película, que en este caso parece extenderse de manera proporcional a lo ya lejano de su fecha de estreno. Memorias del Ángel Caído es un film que irrumpe, sin avisar, en una época que se puede entender como plena decadencia del cine de género en España. Incomprendida e ignorada en su día, su trama se centra en un ámbito parroquial donde abruptamente comienzan a suceder extraños sucesos, comportamientos y fenómenos. Para los no iniciados en este film dirigido por una dupla de (por entonces) jóvenes directores conformada por Fernando Cámara y David Alonso, no conviene tener constancia de nada más. La película se disfruta por su reversa y atmosférica concepción del terror, que plantea un dibujo abstracto del antagonismo basado en una creciente sensación de perversidad, la misma que se apodera de la película insuflándola de creciente y enigmática aureola cargada de malignidad, estallando en un desenlace repleto de turbias sensaciones y ciertas postales de momentos para el recuerdo.
La película crea el horror dibujando un ambiente enrarecido, oscuro y sucio, con cierto amateurismo en sus formas que le da a su narrativa una pose underground, la misma que gozarían otros films de impepinable culto como el Arrebato (1979) de Iván Zulueta o el Bilbao (1978 ) de Bigas Luna, cintas con las que Memorias del Ángel Caído poco tiene en un común en su temática pero con las que emparenta en la transgresión de su propio estilo, amparada además en un grupo de actores cuyos trabajos parecen gozar de un irremediable acierto conjunto. Se puede citar su ritmo, cuidado y milimetrado, además de la persistente oscuridad que rodea a la narración destacando las sensaciones de espontaneidad que aportan sus momentos cumbre; la película se gana al espectador en la estrategia calculada de suministrar a pinceladas las sensaciones de impacto, erigidas en una facilidad para la incomodidad ya planteada en su escena inicial (un fenómeno aparentemente milagroso) y aprovechada al máximo en varias de sus secuencias culmen, como aquella en la que se desata el pánico ante unas hostias aparentemente envenenadas. La película no cae en la muestra gratuita, sino que sugiere, alude y evoca.
Sobre Memorias del Ángel Caído se cierne el misterio, verdadero motor de la trama y que carbura en varios elementos de tinte puramente fantástico como lo sobrenatural o la aparición y posesión de lo arcano, junto a planteamientos morales como la posible ausencia y perversión de la fe. Todo ello envuelto de confusión además de esa intransigente malignidad que se apodera de la trama al mismo tiempo que se facilitan más datos sobre su sentido y, ante todo, con unos planteamientos estéticos lejos del artificio y la estridencia. Una de las armas más poderosas que puede requerir una película de género es su manera de pervertir e incomodar al espectador; las consecuencias del poder de la imagen, como les gusta definir a algunos. La película de Cámara y Alonso salpica en la cara con su perturbación, sólo a aquellos que consigan sumergirse en su sensibilidad. Esta, irritará y excitará los recovecos más oscuros del espectador con emotividad rebuscada para el cine de terror, y disgustará a quienes esperen un horror evidente y de fácil comprensión. Y es que, Memorias del Ángel Caído propone sensaciones malsanas, dentro de la excitante convergencia entre el terror y el cine policíaco, con momentos de estelar singularidad. Un film en el que no sólo hay que ver: hay que sentir.
Para quienes quieran saber más de la película, el Reverendo les propone dos recomendaciones, ambas relacionadas con el compañero Luis Martínez Vallés, director y presentador del recomendabilísimo podcast Luces en el Horizonte. Primero, la amplia reseña que Vallés le dedica a la película, con entrevista a uno de los directores incluida, en la revista online pulp Ultramundo, a la que se puede acceder haciendo click aquí.
O si lo prefieren, pueden escuchar a continuación el programa especial que Luces en el Horizonte le dedicó a Memorias del Ángel caído, con análisis y tertulia con Fernando Cámara.
Saludos desde el Gabinete, camaradas.
joder menos mal que la vi antes de leer esto, que vaya espoilerazos todas las putas fotos… lo demás guay
Gracias por tu comentario. Las fotos son un riesgo, pero la vida es para los valientes, camarada.