Livide llegó en el 2011 como una de las últimas obras representativas de esa corriente que asaltó el fantástico europeo durante la década de los 2000, la llamada «crueldad francesa». En este film tenemos a dos de sus máximos representantes, la dupla creativa formada por Alexandre Bustillo y Julien Maury, que venían de procrear una de las más célebres películas europeas de género de los últimos años con Al interior (2007) dando muestras de la visceralidad escénica que catalogaría ese cine fantástico desgarrado y extremo del viejo continente. Aquí relatarán la historia de la joven Lucy, una aprendiz de cuidadora a la que le encargan como uno de sus primeros trabajos el cuidar de la Señora Jessel, una anciana sumida en coma cerebral en su propia mansión. Se rumorea que la mujer, una antigua profesora de danza muy prestigiosa, guarda objetos de importante valor en su casa, por lo que Lucy en compañía de su novio y un amigo se plantean la opción de buscar esas importantes reliquias recorriendo el enorme caserón durante en plena noche de Halloween…
La pareja de realizadores plantean sobre esta Livide un formato narrativo mucho más sosegado, de cierta elegancia, más apegado al thriller que a los efluvios salvajes del género, jugando de manera reiterativa con la confusión y la intriga, al menos en un primer acto de ritmo imperturbable, con claves cinematográficas tan valiosas como la atmósfera, la fotografía o el fondo de plano; una puesta en escena donde la oscuridad y lo cercado de su ubicación jugarán un peso encomiable, a la postre un enorme pilar para la película. A este respecto Livide se separa de manera tangencial de la intensidad de la llamada «crueldad francesa», aquí en una historia de fusión fría y paulatina donde el llevar al extremo de las emociones de los personajes será la herramienta principal para la narración. Así, en cuanto la película abra sus ramificaciones en base a flashbacks informativos, puntuales escenas sangrientas (en donde Bustillo y Maury sí requerirán de las exhalaciones más brutales de ese radicalismo francés) y una serie de momentos de alarma en base al susto de sonido, será algo que le hará perder cierto encanto, aunque su condición de experiencia visual seguirá intacta hasta ese tercio final, menos sugerente y más artificioso, que aún así funcionará dentro del propio código interno del film.
Por todo esto Livide es una de esas piezas singulares de esa nueva época que parece estar viviendo el fantástico europeo, no por ningún tipo de originalidad en su concepto (que para nada lo tendrá) pero sí por procrear un film que irá más allá del estandarte visceral de ese terror francés, mutando géneros sin desprestigiar su influencia genuina en algunos clásicos (el gótico y la casa encantada, referencia clasicista aquí coherentemente implementada), pero fidelizándose a un terror construido principalmente en lo visual saliendo bien parado de ello. Además, su planteamiento inteligente de anexar su principal foco de terror en la anciana antagonista (de efigie cruenta y perturbadora, más aún cuando se irá descubriendo su pasado) propone un componente poderosamente inquietante para la idiosincrasia del film. Protagonizada por la bella Chloé Coulloud, quien aguanta muy bien el peso de la película, Livide sería una de las sensaciones para el cine de género de la época, gracias a su paso por festivales como Toronto o Sitges. Además, se permite el lujo de plantear un encantador homenaje a Halloween III. El día de la Bruja (1982), en uno de los pocos guiños que encontraremos a la propia noche de las brujas.
Saludos desde el Gabinete, camaradas.
Bravo Reverendo, poca cosa a añadir a ésta gran reseña, sólo decir que tuve la suerte de verla en el festival de Sitges, y noté en el ambiente ciertos aires de decepción, supongo que la gente esperaba el «Torture porn» marca de la casa y made in France, pero como muy bien dices, no es así, usándose más como recurso puntual que como norma general. Personalmente gozé de éste film, mucho más complaciente y disfrutable para el espectador amante del terror en general, ya que ver una «torture porn» (francesa) requiere preparación psicológica especial, «A l’interieur» te deja KO, y de «Martyrs» ya ni te digo, te deja para el arrastre. Por cierto, la serie más importante en la actualidad del mundo zombie, o sea, the Walking Dead, abre la temporada con un capítulo digno de ésta corriente del cine francés de género, que parece que ya pasó, quizás será el renacer del género.
Aprovechando, Hay algún film español (con cara y ojos) que se le pueda etiquetar dentro del «Torture Porn»?, a si a bote pronto, no se decir ninguno.
Saludos y baja el ritmo Reverendo!!!!….no, es broma, sigue con tu non-stop!!!
Muy buenos días, camarada, en primer lugar agradecerte enormemente tu comentario y alabanzas.
La verdad es que «Livide» la recuerdo cuando la vi por primera vez como una de esas películas que dejó bastantes sinsabores en el Festival de Sitges de aquel año, pero en esta «repesca» me ha sorprendido gratamente y puede que, ahora que ya parece finiquitado el esplendor de la «crueldad francesa», pueda pasar por una de las más notables y consecuentes muestras de la corriente. Muchas ganas, por cierto, de ver el paso de Bustilly y Maury al terror americano con la nueva entrega de «La Matanza de Texas», que ya es de mis más anhelados proyectos de los que están por venir.
No caigo ahora mismo en pensar alguna especie de remedo español del «Torture Porn». Por estética, me viene a la mente a bote pronto algunas escenas del «Secuestrados» de Miguel Ángel Vivas (curiosamente, quien ha dirigido el remake de «Al Interior» de Bustillo y Maury) como lo más parecido estéticamente al terror extremo francés.
El ritmo no se puede parar, que hay que llegar hasta el día 31 con este especial, pero quizá me tomé a partir de entonces unos leves días de descanso.
Gracias nuevamente amigo!
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