Parida en plena eclosión del Slasher, Noche Infernal supone una de las primeras entregas de la entonces incipiente estrella Linda Blair (convertida en tal gracias a su paso por la saga de El Exorcista) por los efluvios menos conocidos del cine fantástico, que desencadenaría en la carrera de la actriz un infatigable paso por el cine underground de los 80. Como ya icónica pieza del previamente citado subgénero, Noche Infernal trae para sí algunas de las constantes temáticas del mismo, con el grupo de jóvenes asociados a una fraternidad (Alpha Sigma) y con el peligro de contonearse con lo oscuro; aquí, para superar una prueba final de la inclusión en dicho grupo estudiantil, cuatro jóvenes han de pasar una noche en una mansión con siniestra historia y unas paredes que parecen rezumar misterio por cada uno de los habitáculos del misterioso paraje.