Chicks with Guns: «Savage Beach» (Andy Sidaris, 1989)

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Savage Beach es otro de los títulos más recordados de la filmografía de Andy Sidaris, quien en aquellos finales de los 80 se encontraba en uno de sus máximos puntos de popularidad entre los devotos del videoclub y quien aquellos conocían al autor a través de la cálida acogida que tenían los pases televisivos nocturnos de sus películas. Savage Beach vuelve a contar con la pareja formada Donna y Taryn, nuevamente con las gratas presencias de Dona Speir y Hope Marie Carlton, aunque para esta última sería el fin de sus colaboraciones con el director. En el film se percibe un intento de volver a los paisajes playeros más recurridos en Malibu Express, sumiéndose además en un trasfondo que daba cobijo para una figura que en aquellos tiempos protagonizó un subgénero que jamás pasó de moda entre las estanterías de polvorientos VHS: el ninja.

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Al más puro estilo de James Bond, la película se inicia con una redada del Gobierno en la que Donna y Taryn logran destruir una importante red de narcotráfico en Hawai, con la ayuda de los agentes Rocky y Pattycakes. A continuación, nuestras protagonistas reciben el encargo de transportar un material médico desde su centro de operaciones, Moloka’i, a la remota isla de Knox, en el Pacífico Sur. Mientras tanto, una representante del gobierno filipino ansía que un tesoro nacional robado por los japoneses en plena Segunda Guerra Mundial vuelva a su país de origen. Donna y Taryn se verán obligadas a realizar un aterrizaje de emergencia en una isla de la región, lo que las inmiscuirá de lleno en una trama en la que nuevamente tendrán que pelear por salvar el pellejo ante insurgentes comunistas, agentes encubiertos, samurais y un grupo de mercenarios que querrán acabar con su vida. Una historia donde Sidaris repite la fórmula en su argumento y que sirve como excusa para proponer un juego de supervivencia en el que Donna y Taryn deberán huir de las ansias homicidas de los peligrosos criminales, demostrando al mismo tiempo sus enormes habilidades en el espionaje, utilizando si hace falta sus irresistibles figuras. Y, por supuesto, explotan muchas cosas: aviones, furgonetas, maletines… otra característica intrínseca que Sidaris ya ensambla como tropo inherente a su cine, y en Savage Beach desarrolla sus tics para la acción en un ambiente luminoso y más paradisíaco de lo habitual, para así justificar su título, siendo visualmente una de las películas más destacables de toda su obra. La presencia de un samurai, intrínsecamente relacionado con la trama de ese oro perdido durante la Segunda Guerra Mundial, da un toque especial a la película y se anexa muy bien a la incisión de la huella oriental en el actioner de los 80, recordando, entre otras muchas, a la saga Ninja por parte de la Cannon en aquellos años. Por supuesto, esto hará que (harakiri mediante), la conclusión de la película sea una de las más sangrientas de toda la saga, y no ajena a cierta melancolía.

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Una de las Triple B de Sidaris más recordadas y que por supuesto pondrá en bandeja al espectador lo esperado de su cine: más Playmates, tiroteos, explosiones, desnudos gratuitos y muchos giros de guion. Y respecto al libreto, sí se le puede achacar a Sidaris unas estrafalarias formas que parezcan el intento de complicar una trama que en realidad la película no necesita. Lo cierto es que da igual, porque una vez que entras en su cine has de hacer un compromiso de lealtad con esa manera tan disparatada, y a la vez tan pasional y oficiosa, de concebir el cine de acción. Como entrega más de las aventuras del comando L.E.T.H.A.L., recibió su secuela directa muchos años después, o al menos si hacemos caso a la alusión que a su título se hace en Return to Savage Beach (1998). Dona Speir y Hope Marie Carlton demuestran lo cómodas que se encuentran ya con sus roles, promoviendo todo tipo de desafío físico en las escenas de acción. John Aprea, Bruce Penhall o Rodrigo Obregón son algunos de los actores fetiche de Sidaris que podremos ver por aquí, y en algunos de ellos ya con esa predisposición de Andy de otorgar a sus actores más recurridos papeles totalmente aleatorios en sus películas, sin preocuparse de cambiar sus rasgos físicos, algo que podría ser agradecido para mantener la coherencia en un universo cinematográfico. Un nuevo agente Abilene hará acto de presencia (Shane Abilene, este ya para quedarse en futuras entregas) en la piel del actor Michael Shane. Además de la obligada mención de espectaculares presencias femeninas como la Playmate de abril de 1986 Teri Weigel (a la que se pudo ver en Depredador 2 [1990] en un pequeño papel, y ahora está totalmente inmersa en el cine pornográfico) o Lisa London (cuyo papel de Rocky será repescado para la inmediatamente posterior Guns [1990]), el devoto amante del cine de acción de los 80 y 90 se encontrará con un rostro muy popular: Al Leong, el intérprete y especialista sobre el que recae un enorme culto por sus apariciones en algunas de las cintas de acción más populares de las mencionadas décadas, tendrá aquí su aparición en una de las escenas más recordadas de la película. Rodada en marzo de 1989, su estreno en Estados Unidos se produjo en octubre de ese mismo año, un pase en salas limitado que como siempre sería el preámbulo para que su peso en el culto naciese poco después en las estanterías de videoclub.

Saludos desde el Gabinete, camaradas.

leong

Un comentario en “Chicks with Guns: «Savage Beach» (Andy Sidaris, 1989)

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