En lo puramente cinematográfico, los 70 fueron una época representada ante todo por la transgresión y películas La casa de la colina de paja es una buena muestra de ello. Quizá más conocida por su internacional epíteto Exposé, esta producción netamente británica debe gran parte de su fama a su inclusión en el listado de las «Video Nasties», pero sería injusto quedarse únicamente en lo anecdótico y no hacer referencia a una serie de valores muy dignos de mención, más aún cuando el film tiene una esencia anclada tanto formal como estilísticamente a la ya citada década. Presentado como un thriller inclasificable, con atmósfera retorcida y desarrollo impreciso, la trama se ubica en medio de una densa y exuberante campiña inglesa totalmente aislada donde se encuentra una solitaria casa en medio de la nada que servirá a un paranoico escritor de éxito de una ubicación perfecta para desarrollar su segunda novela, tras una primera obra de inesperado y abrupto éxito. Para el cometido de tal menester contrata los servicios de una secretaria, que se presenta bajo la voluptuosa figura de una joven que, misteriosamente, intentará acercarse sentimentalmente a nuestro protagonista al mismo tiempo que se manifiesta un enigmático halo de turbación sobre ello.
El film aboga por una curiosa concepción del thriller, en cuya evolución desarrollará ciertos devaneos con el terror en un esmerado tono de erotismo, patente en algunos de los momentos más significativos de la trama. Es en esta extraña simbiosis donde se conformará una tonalidad lunática y ciertamente extravagante, exteriorizando una personalidad que emerge como una variante transgresora del suspense, apoyándose para ello en varios puntos que iremos conociendo a continuación. Se presenta una provechosa utilización de la localización, aquí un terreno frondoso y espeso, en la que el director incidirá con planos generales de ubicación que van más allá de la mera dramatización rural del terror tan en boga por aquel entonces: en su importancia estética la película logra un aislamiento funcional para sus personajes, y más aún cuando una de las bazas es llevar la enfermiza relación entre la pareja de protagonistas al extremo; su aislamiento social será sin ningún género de duda una de las armas que la película maneje con maestría. Este enfermo nexo de unión que parece crecer entre la pareja protagonista será el gran eje de la historia, donde se destaca el carácter paranoico, introvertido y estrafalario del escritor interpretado por Udo Kier en uno de sus típicos excéntricos personajes, que en esta ocasión trae consigo esa vertiente oculta y misteriosa que el actor ofrece bajo su típico tono de subrepticio.
La réplica corresponderá a la secretaria interpretada por Linda Hayden, en un rol apoyado tanto en la ambigüedad como en la extraña mezcla entre ingenuidad y truculencia, en un personaje que se irá desoyendo a lo largo de una trama que ganará paulatinamente sordidez al mismo tiempo que la protagonista femenina vea revertida su inocencia. Para ello la película lanza desde unas gratuitas escenas de contenido lésbico hasta una extraña secuencia donde el film parece coquetear con la suciedad de las rape and revenge movies: es aquí donde el personaje de Linda parezca emparentarse con el rol de Susan George del Perros de Paja de Sam Peckinpah (con la que el film que nos ocupa tendrá no pocos parecidos formales), cuando varios hombres muestren intenciones de violarla para acabar cometiendo tal atrocidad, aunque el director obvie mostrar el acto de manera explícita. El film parece emparentarse, sólo a retazos, con el subgénero de las violaciones con venganzas poéticas aún más cafres (o al menos con su sello característico de sórdida ambientación y psicología turbada), pero desarrollando unas maneras para el thriller más ambiciosas y refinadas en detrimento de las pretensiones de desmesurada narrativa de clásicos de la vertiente como La última casa a la izquierda, la ya mencionada Perros de Paja o I Spit on your Grave. Aún así la película apoyará su desarrollo en la feminidad expuesta de su protagonista, con una Linda convertida en un personaje que paulatinamente hará suya la historia (gracias a sus efluvios sombríos) hasta llegar a un tramo final desmedido y alienado.
La condición de sexploitation que La casa de la colina de paja pretende mostrar recaerá principalmente en Linda, desarrollando sobre ella un retorcido sentido de lo erótico. Este no obstaculizará la evolución del suspense, conformando un sello de enrarecido thriller que parece buscar el morbo en algunos de sus momentos más representativos; lejos de ser visto como una gratuidad a la hora de mostrar tórridas escenas de sexo, este componente ha de asentirse como la querencia por parte del film de adherir a su trama cierta personalidad narrativa, con cierta calidad en sus escenas de erotismo que no entorpezarán su narración, aunque, curiosamente, las opiniones contrarias al film apoyarán mayoritariamente como la sobre-exposición del erotismo resta entidad a la película. Sí son más evidentes los fallos estructurales del guión, aunque eso parece no importarle al director que prefiere desarrollar la historia en base a las sensaciones que desprenden tanto el dibujo de sus personajes como de las situaciones que sobre ellos suceden. También en las escenas violentas, asesinatos inclusive, el film guarda para sí algún que otro momento de curiosa puesta en escena, con dominio de un refinado sello de terror. Quizá esté en su conclusión, aunque se agradezca la resolución de la historia bajo una especie de alocada catarsis, uno de los puntos flacos de la película: el misterio sobre la identidad del elemento homicida ya la conocemos durante buena parte del trabajo y sus motivaciones no llegan al nivel de generar un giro resolutivo digno para el recuerdo.
La casa de la colina de paja supone la película más importante para su director, James Kenelm Clarke; de su filmografía poco se podría destacar, aunque hemos de citar el film autobiográfico sobre Fiona Richmond (sex symbol de la época que interpreta en Exposé a Suzanne, novia de Paul) o la comedia El súper detective de las páginas amarillas, film de 1985 que significaría última obra como director hasta la fecha. El trabajo de dirección es muy eficiente en la película que nos ocupa, donde se demuestra un buen manejo, y con cierta soltura narrativa, de la perversa sordidez tanto del suspense como de un erotismo aquí contextualizado como mera herramienta de turbación. También cabe mencionar la inquietante música del film, que viste de tono terrorífico y perturbador a la sensación de misterio dentro de la amalgama estética del film; esta es obra de Steve Gray, un músico británico de cierto prestigio con un muy breve paso por el cine. Siguiendo con el apartado técnico no podemos olvidar la fotografía, más aún cuando hemos de insistir en lo acertado de la luminosidad de algunos de los enclaves de localización de la película, con la mezcolanza de la sepia luminosidad de sus exteriores rurales con la oscuridad imperante de los interiores; sería obra de Dennis C. Lewiston (y del ahora afincado en Hollywood Phil Meheux, aunque no acreditado), quien desarrollaría prácticamente toda su posterior carrera en la televisión.
Ya hemos hablado de las peculiaridades interpretativas de Udo Kier, icónico actor de siniestra presencia y altamente requerido en el cine de terror de toda índole y nacionalidad (con continuos periplos por las cinematografías europeas); en La casa de la colina de paja ejerce de misterioso y singular protagonista bajo al paranoico y excéntrico escritor sobre el que circulará toda la trama (aunque la voz del intérprete sería doblada por otro actor aquí). La réplica femenina corre por parte de Linda Hayden (quien venía de convertirse en una gran joven estrella del terror británico con títulos como la «hammeriana» El poder de la sangre de Drácula o La garra de Satán), para ofrecer una interpretación nutrida de belleza y ambigüedad, al igual que de una carga erótica apabullante. Además de la ya mencionada Fiona Richmond, podemos citar la aparición de Vic Armstrong (eminencia en la coordinación de dobles y especialistas del cine de Hollywood, que se encuentra aún en activo a sus 69 años), como uno de los dos violadores que aparecen en uno de los momentos más surrealistas de la película.
La casa de la colina de paja tiene la particularidad de ser la única película netamente británica en aparecer en la lista de las «Video Nasties», en la que entraría de lleno con su primer título, Exposé. El film obtendría por parte de la British Board of Film Classification la categoría «X», debido mayoritariamente a sus tórridas escenas de sexo: la película muestra abundantes desnudos y momentos eróticos con cierta sobre-exposición, hasta el punto de mostrar al personaje de Linda masturbándose con la cámara haciendo especial hincapié en su físico, algo que pareció indignar a los censores británicos. Por lo tanto, la película alcanzaría el estreno en salas pero con alrededor de 3 minutos cortados de escenas de sexo y planos sangrientos. Años después la distribuidora Intervision Home Video lanzaría el film al mercado doméstico en varias ocasiones: cabe mencionar que una de las veces, en 1979, el film (re-titulado como The House on Straw Hill, cuya literal traducción sería el epíteto con el que se la conocería en España) se editaría aún con la categoría «X» pero en un montaje sin cortes. A principios de los 80 y bajo la explosión y eclosión de la persecución a las «Video Nasties» el film quedaría enumerado como el número 39 del listado de películas perseguidas y prohibidas. La editorial Odissey edit
aría la película años después, ya entrados en la década de los 90, sólo con 51 segundos de recortes que atañerían a las escenas de violación y a uno de los asesinatos.
Actualmente, La casa de la colina de paja se puede encontrar fácilmente en ediciones en DVD y BluRay sin cortes tanto en Estados Unidos (aunque con diálogos recortados) como el Reino Unido. Para concluir, comentar que la película fue fruto en el año 2010 de un desconocido remake llamado Stalker, dirigido por Martin Kemp (miembro de la popular banda Spandau Ballet, que ha tenido una insignificante pero constante carrera en el mundo del cine) y protagonizado por la irresistible Jane March.
Saludos desde el Gabinete, camaradas.