Publicada originalmente en Cine Maldito
La ópera prima de la directora suiza Lisa Brühlmann supone un nuevo ejemplo del abordaje hacia el drama evolutivo adolescente donde el paso a la madurez supone un viaje traumático, infernal, e incómodo, rezumando el peor lado de las experiencias de conocimiento y sumersión que se pueden llevar a sufrir en esa complicada y trascendental época de la vida. Con una mirada introspectiva del espectro adolescente, Blue My Mind expone las andanzas de su protagonista Mia, quien se introduce en una oleada evolutiva de su propia idiosincrasia metiéndose en el aspecto más salvaje y alienado de la adolescencia, donde las nuevas compañías le llevan hacia la espiral de situaciones perversas, también complementarias a la formación de su crecimiento psicológico, bajo un inesperado deseo de aceptación; y es que, respecto a esto, la joven comenzará a experimentar extrañas deformidades en su cuerpo, campo de acción para que Brühlmann incluya el elemento fantástico, que ha hecho que muchos quisieran emparentar su película con cintas como Carrie (1976), Ginger Snaps (2000) o la más reciente Raw (2016).