Umberto Lenzi, cineasta todotorreno que se adaptaría a la perfección en la industria de géneros europea de los años 60 y 70, comprendió una artesana carrera en todo tipo de vertientes. Desde el western al giallo, pasando por el poliziesco y llegando al terror, en 1981 labraría un díptico dentro del cine de explotación que centraría su temática en un elemento de candente actualidad por aquel entonces, la antropofagia; esta se popularizaría como causa del enorme y polémico éxito de Ruggero Deodato con Holocausto Caníbal (1980), el metraje encontrado más escandalizador de la historia del cine que hizo creer a multitud de espectadores que las tropelías que una tribu de caníbales del Amazonas hacían sobre un grupo de reporteros era real. Lenzi dirige en 1980 ¡Comidos Vivos! y un año después esta Caníbal Feroz, en un claro intento de seguir el rebufo del enorme éxito comercial del film de Deodato aunque es cierto que el gran Umberto ya había tocado el género mucho antes con El país del sexo salvaje, de 1972. Si bien esta última está considerada como una de las más primerizas muestras del «canibalismo italiano», sería Deodato con Mundo caníbal, mundo salvaje (1977) y sobretodo Holocausto Caníbal el que daría su pistoletazo de salida a nivel comercial. De hecho, existe una trifulca entre Lenzi y Deodato que nace a partir del momento en el que el director de Holocausto Caníbal critica duramente a Caníbal Feroz tildándola como un pobre exploit de su película. Además, en el Comidos Vivos de Lenzi se utilizan varios planos de la exótica actriz Me Me Lai extraídos de Mundo caníbal, mundo salvaje de Deodato (la intérprete aparece en ambas películas) algo que a este no le agradaría nada.
Con Caníbal Feroz nos encontramos, primeramente, con una de las más famosas cintas de antropófagos de la historia del cine, además de uno de los films más prohibidos que se recuerden entrando sin paliativos y de manera directa en la lista de las «Video Nasties» británica. Comparte con Holocausto Caníbal la aureola de film macabro por dramatizar en pantalla muertes reales de animales, por otra parte lo único que tendría de verídico la película de Deodato. Esta criticada decisión de realizar tortura animal real en el set de rodaje ha originado que el propio Lenzi reniegue hoy en día de sus films sobre canibalismo, algo que no ocurre con Deodato quien defiende su polémica obra con uñas y dientes en la actualidad. Caníbal Feroz parte de la idea común de este tipo de films ambientados en la selva, como es la de soltar a un grupo de urbanitas en plenas Amazonas; concretamente, el film se inicia con la expedición a los frondosos bosques amazónicos de Gloria, una universitaria que se encuentra finalizando su tesis sobre el canibalismo, acompañada de su hermano Rudy y su íntima amiga Pat. La estudiante está convencida de que el canibalismo es una patraña, un argumento de los viejos conquistadores para justificar sus masacres a las tribus selváticas, pero pretende cerciorarse de esto visitando la selva y finiquitar la tesis que permita conseguir su añorado doctorado. Como es de esperar, las tribus caníbales no retrasarán su presencia en la trama, apareciendo además en escena Mike y Joe, dos narcotraficantes que parecen esconder más secretos de lo que parece y que desencadenarán la furia de los aborígenes.
Caníbal Feroz es una de las más simbólicas películas de la vertiente debido principalmente a su más que confeso espíritu de explotación, ya que se centra en explorar y desarrollar durante gran parte de su metraje la idea de encerrar y acorralar a los urbanitas dentro de un gran terreno desconocido para ellos como es la selva, donde sufrirán la ira y cólera de las tribus caníbales locales. Lenzi propone su película con inteligencia, respetando al máximo el género hasta el punto de hacer una narración in crescendo que introduzca en situación (tras un inicio rodado en Nueva York, que entromete una trama paralela que enlazará con la paralela historia de los personajes de Mike y Joe) nos presenta a los personajes en la selva, aprovechando enormemente la gran localización que supone y mostrando progresivamente ciertos detalles que vayan presentando el calado del film desde la aparición de los primeros caníbales, la presencia de algunos cuerpos muertos o los insertos tipo documental de varios animales ajusticiándose… Concretamente con el tema animal hay bastante tela que cortar en este Caníbal Feroz; aunque hay un momento realmente significativo como es aquel en el que una anaconda caza y devora a un pobre animal (y donde los protagonistas se lamentan, ejerciendo una postal premonitoria sobre su propio destino), parece ser que muchas de las muertes de animales de la película fueron reales. Una anécdota vive hoy contada por el actor Giovanni Lombardi Radice, cuyo personaje protagoniza la ejecución de uno de los animales, rechazó participar en esa escena, por lo que para los planos reales tuvo que utilizarse un doble de cuerpo (concretamente, de brazos).
A pesar de esto, y como ocurría también con Holocausto Caníbal, sería injustificado renunciar a mencionar sus valores artísticos por tan achacable decisión, ya que Caníbal Feroz viene a ser una de las propuestas más completas de la interesantísima filmografía de Lenzi. El film viene a dignificar todos los ingredientes de todo cine de explotación en su máxima factura: es una película grotesca, impactante, brutal, visceral y directa. Su pasión por el impacto viene medida por la dramatización de sus escenas, ajenas a cualquier tipo de sutilezas y florituras, para mostrar en pantalla el lado más cruento y atroz de la antropofagia. Comparte con el film de Deodato no solo la venganza indígena contra la crueldad humana (con el propio debate paralelo sobre quien es más bestia, ¿el humano capaz de despertar sus instintos salvajes más primitivos, o una tribu sin socializar que parece actuar instintivamente y casi en su propia defensa?) sino también la facilidad por mostrar en pantalla un sentido por la violencia incómodo, altamente expositivo, y con esa sensación de locura temática donde la película parece no ponerse ninguna traba a la hora de expresar su alta sensibilidad formal hacia lo retorcido. Que Lenzi se propone así mismo realizar una gran pieza gore es algo incontestable, pero cierto es que su película viene presentada bajo las maneras artesanas de su cine: desde la propia narración que hace que el ritmo sea fluido y se nos presente una película altamente entretenida, hasta algunas vicisitudes de su filmografía como es el desnudo y hasta un guión con diálogos de cierta mordacidad, además de la inevitable crítica social subterránea.
Del elenco interpretativo destaca sobremanera Giovanni Lombardo Radice, actor sobre el que se cierne un status de culto totalmente merecido debido a su participación en algunas piezas clave del cinemabis italiano de los 80 (Miedo en la ciudad de los muertos vivientes [1980] de Lucio Fulci y las otras «Video Nasties» Virus de Antonio Margheriti [1980], Trampa para un violador [1980] de Ruggero Deodato, entre otras). Su personaje en Canibal Feroz, Mike Logan, el traficante despiadado que desencadenará la furia de los indígenas, responde a las características de los roles interpretados habitualmente por el actor: sus personajes suelen ser sádicos enfermos y despiadados dementes, prototipo en el que encasillaría tras un previo paso adolescente por el mundo del teatro. En el film de Lenzi es el más carismático y atrayente personaje, además de protagonizar algunas de las escenas más recordadas del film. Del resto del elenco cabe destacar a Lorraine De Selle (Gloria), que como Radice vendría directamente de participar en Trampa para un violador; Danilo Mattei es Rudy Davis, el hermano de Gloria, que de cuya corta carrera fílmica cabe destacar La patria del rata (1980) de Francisco Lara Palop; Zora Kerova, Pat, de cuyo físico Lenzi se aprovechará bastante aquí, había participado en las «nasties» Gomia, terror en el Mar Egeo (1980) de Joe D´Amato o El destripador de Nueva York (1982) de Fulci;
Fiamma Maglione es Myrna, actriz que ya se había visto en la previa ¡Comidos Vivos! (y en un papel sin acreditar, en la trash más conocida de Lenzi: La invasión de los zombies atómicos [1980]); finalmente cabe mencionar la aparición, probablemente no casual, del actor Robert Kerman como el teniente Rizzo: de su abultada carrera dedicada a la Serie B, destaca el papel del profesor Harold Monroe en Holocausto Caníbal.
Caníbal Feroz sería principalmente recordada por el calado de sus escenas gore, pasando a la posteridad como una de las películas más violentas (y prohibidas, aunque sobre eso detallaremos en líneas posteriores, de la historia del cine) que se recuerden, y probablemente superando en bestialismo a sus películas hermanas Holocausto Caníbal y ¡Comidos Vivos!. Continuando en señalar los momentos más violentos y (en este caso también) escatológicos, podemos mencionar como la aparición del primer caníbal, que es mostrado comiéndose una especie de orugas vivas para asombro de nuestro trío protagonista;
aunque no se puedan negar las querencias de Lenzi por mostrar la «naturalidad» de la selva, sí es cierto que la escena funciona como terapia de choque del urbanita ante un desconocido mundo primitivo, quizá una de las ideas núcleo sobre las que circula el film. Posteriormente se muestra la muerte animal más recordada, en la que una anaconda sentencia a un pobre ser indefenso también para asombro del grupo de urbanitas; la salvaje ley de la naturaleza, mostrada en una secuencia que a Lenzi a día de hoy aún se le echa en cara por su supuesta (aunque parece más que probada) veracidad. Luego, nuestros protagonistas encontrarán a dos mujeres fallecidas en la selva, que son las primeras muertes mostradas en pantalla. Una de las muestras del (barato) pero tremendamente efectivo maquillaje de de los efectos especiales de Gino de Rossi
es la aparición del cadáver del personaje primeramente apodado como «el portugués», el compañero que Mike y Joe habían perdido en la selva y que posteriormente conocemos su verdadera historia; una auténtica postal de la crueldad de una selva caníbal y primitiva, que Lenzi muestra ante la cámara con todo detalle. Poco después llega la secuencia de maltrato animal que más se recuerda del film, que rememorando la anécdota que cuenta que Giovanni Lombardo Radice este se negó a rodar el plano donde se acuchilla sin piedad al pequeño animal que sufre las iras de Mike Logan y ya da muestras de su autenticidad:
el plano, donde como dijimos previamente se utilizó un doble de cuerpo para el actor ante su negativa a matar realmente al ser vivo, es el que muestra con todo detalle la matanza, para asombro del resto de personajes presente en el momento. Otra salvajada, esta vez contra una tortuga y protagonizada por los propios caníbales, compondrá la siguiente escena cruenta, muy similar por cierto a una de Holocausto Caníbal; de la película de Deodato sí trascendió su veracidad, aunque por los datos que servidor maneja no veo posible también afirmarlo sobre lo acontecido en la película de Lenzi.
Aún así, la escena impresiona, y es fiel al tono de realismo exacerbado que el director italiano intenta imprimir a su película más polémica. Minutos después encontramos una de las escenas favoritas de Caníbal Feroz del Reverendo , aquella en el que el compañero de Mike cuenta la verdadera historia de «el portugués»: la secuencia sirve para hacer hincapié en el interesante componente psicopático de Mike Logan, lo que se aprovecha para mostrar su tortura a alguno de los indígenas incluido del que se sirvió para adentrarse en la selva y hacer sus prácticas contrabandísticas. Dos momentos (acompañados de manera modélica por el extraordinario score de Roberto Donati y Flamma Maglione) destacarán de aquí: el machetazo a un indefenso indígena y la sanguinaria tortura al «portugués» que comienza con la extracción de uno de sus ojos y culminará con la amputación de su miembro viril (algo en lo que después se cometerá un acto de justicia poética).
En la segunda mitad de la película, Lenzi se centrará en la venganza indígena mostrando sin tapujos muchas de las bestialidades que a modo de ira contra el hombre blanco, cuando los oriundos selváticos cometerán sangrientas tropelías contra nuestros protagonistas. Así, cogerán el cuerpo muerto de uno de ellos para comerse sus entrañas, en uno de los momentos más escatológicos del film. Cuando el resto de personajes sean secuestrados por los aborígenes, es tan esperado como admirado por el espectador que el personaje de Mike Logan sea el que sufra el reverso más cruel de la ira caníbal. Así, al narcotraficante se le extirpará el pene tal y como él había hecho previamente con «el portugués», además de un brazo, para protagonizar en el clímax de la película uno de los momentos más recordados de Caníbal Feroz: ese en el que su cabeza es cercenada a la mitad para que sus sesos se conviertan en plato de lujo para sus verdugos (al igual que lo fue minutos antes su miembro).
El resto de protagonistas tendrán unas muertas más tradicionales, pero no exentas de agradable referencia: Rudy será devorado por un grupo de pirañas (aunque en los planos detalle que se nos muestran parezcan agradables peces de acuario) cuando caiga en una charca accidental. Su corazón por cierto, será ofrecido a las dos féminas principales recluidas en una cueva, para su sorpresa e indignación. Una de ellas, Pat, sufrirá un cruel acto de tortura que consistirá en ser colgada a través de un ganchos que atraviesan sus pechos, hasta el momento en que fallezca sumida en un gran sufrimiento. Aquí se añade el componente de la angustiosa mirada de Gloria, con quien los caníbales parecen tener cierta clemencia y que de hecho será la única superviviente del grupo, ante el sufrimiento de sus compañeros de viaje. No solo verá la muerte agonizante de Pam, en una escena cruel y despiadada que nos muestra al Lenzi más implacable, nuevamente apoyado en la atmosférica y con turbio score sonando de fondo, sino que asistirá al cruel asesinato de Mike donde como vimos su cabeza quedará cercenada. El personaje de Gloria, cuyo objetivo, recordemos, era demostrar la inexistencia de caníbales en la selva como defensa de su tesis doctoral, vivirá en primeras carnes lo equivocado de su idea. Con una Gloria ida y demente, defendiendo finalmente su tesis ante el tribunal de la universidad de Nueva York, concluirá el film de Lenzi.
Caníbal Feroz fue una película orquestada en labores de producción por el incombustible Luciano Martino (aunque no esté acreditado) y de su equipo artístico cabe mencionar los ya mencionados Gino de Rossi (reputadísimo técnico de efectos especiales italiano, que comenzaría a trabajar con otros grandes cineastas del cinemabis como Alberto de Martino o Lucio Fulci hasta llegar a colaborar en grandes producciones como El último emperador [1987] o Casino Royale [2005]), los músicos Roberto Donati y Flamma Maglione (que repiten el esquema de Riz Ortolani de Holocausto Caníbal, a la hora de alternar piezas alegres y joviales con otras de un tono de crueldad y opresión altamente conseguido), además de al director de fotografía Giovanni Bergamini (habitual fotógrafo de Enzo G. Castellari, con Voy… lo mato y vuelvo [1967], Aquel maldito tren blindado [1978], El día del cobra [1980]…) o el montador Enzo Meniconi (quien también trabajaría para Damiano Damiani o Nikita Mikhalkov).
El film puede presumir de ser uno de los más perseguidos por los censores, no solo en el Reino Unido por la British Board of Film Classification, ya que sería prohibido en una totalidad de 31 países, algo que la haría entrar directa en el Libro Guinness de los Récords. Tras formar parte varios años de la lista de las «Video Nasties«, Caníbal Feroz vio revisada su inclusión en el listado en el año 2000, quedando aprobado un montaje que eliminaría una totalidad de 6 minutos de violencia. Este minutaje incluía la gran mayor parte de escenas de canibalismo, la extracción del ojo de «el portugués», la totalidad de la tortura a Mike y la escena final donde el personaje de Pat es colgada de sus pechos, además de las muertes de los animales; prácticamente todas las escenas violentas serían eliminadas del montaje. A lo largo de posteriores años, y dependiendo del país, la película se iría comercializando sin ningún tipo de censura, como algunas ediciones domésticas de Alemania y Austria. En Estados Unidos y la mayor parte de las distribuidoras europeas se ofrece en la actualidad el montaje íntegro del film de Lenzi. En el Reino Unido la edición de referencia es la norteamericana, adquirida por multitud de público británico como única forma de acceder a la película sin censura, ofrecida por la distribuidora «Grindhouse Releasing».
Saludos desde el Gabinete, camaradas.
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