El final de la década de los 80 supuso un decadente y triste final para la cinematografía de géneros populares italiana, incluida la explotación de temática caníbal. Iniciada al principio de la década con el éxito abrumador de la polémica Holocausto Caníbal, con el subgénero ya casi extinto se presentaron dos películas que pretendían aprovecharse directamente del film de Ruggero Deodato haciéndose pasar por secuelas directas, pero que en realidad no tenían ningún enlace de continuación argumental: la primera sería Holocausto Canibal 2: La historia de Catherine Miles, que en breve tendrá reseña en este especial; justo tres años después llegaría la película que hoy nos ocupa, que prácticamente daría un amargo carpetazo final al subgénero caníbal. Sigue leyendo