Con El Buque Maldito nos encontramos ante uno de los pilares de la nueva época dorada que parece vivir el mundo del fanzine dentro de nuestras fronteras, siempre apoyando la profesión por el encanto del papel. Orquestada por Diego López, programador del Festival Internacional de Sitges y cabeza visible de su sección Brigadoon, El Buque Maldito es fiel a su cita con el inicio de año, llegando a la edición número 28. En esta ocasión la publicación centra los contenidos en diversos certámenes, puntos de referencia a nivel mundial del cine fantástico: con el ya mentado Sitges como epicentro, también se citarán por sus páginas la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián y la Fimucité, el también llamado Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife. La cobertura a dichos eventos y las entrevistas a un amplio número de invitados de los certámenes vuelven a situar a El Buque Maldito como un punto de referencia en las publicaciones dedicadas al cine fantástico de ayer y hoy. A continuación se desentraña el interior de este número 28:
Festival de Sitges
Entrevista con Enrique López Lavigne. El productor Apache.
Esta semana el Gabinete ha estado dedicado en exclusiva a la figura del productor Enrique López Lavigne, con el análisis de cuatro de sus películas de ámbito fantástico como 28 semanas después, Intruders, Purgatorio y Out of the Dark. Este pequeño grupo de títulos tan solo son una muestra de la incombustible carrera de López Lavigne como uno de los más inagotables productores españoles de las últimas décadas, que apoyaría los primeros trabajos de importantes realizadores de la escena hispana como Julio Médem, Juan Carlos Fresnadillo o más recientemente Nacho Vigalando, entre otros muchos. Siempre en la vanguardia del cine arriesgado y experimental, este intrépido productor que desde hace años acoraza su profesionalidad bajo su compañía Apache Films tiene la gentileza de responder unas preguntas al Reverendo sobre el género fantástico, ese que tanto ha defendido en muchas de sus producciones, así como de algunas vicisitudes de los films que han visitado estos días atrás esta modesta bitácora virtual en honor a su figura. Sigue leyendo
Necrophagus (Miguel Madrid, 1971)
Pocos antes de dirigir la curiosísima El asesino de muñecas (1975), el realizador Miguel Madrid estrenaría una de las piezas más bizarras y estrafalarias del fantaterror español. Conocida internacionalmente con el más sugerente título de Graveyard of Horror (Cementerio del terror, si traducimos literalmente), Necrophagus marca cierta curiosidad en la historia del terror español por su llamativo juego de géneros, dentro de un entramado en el que podremos encontrar desde mad doctors, ambientaciones de pura inspiración gótica o algún «muerto» revivido, hasta localizaciones tan afines al género como un majestuoso cementerio y dentro de un horror que apuesta por lo atmosférico. En este sentido, el film de Madrid, a pesar de contar en su título con un epíteto tan sonoramente gráfico como «Necrophagus» (que podemos traducir como necrofagia, el curioso a la par que singular arte de comer cadáveres), el film entra dentro del sector más moderado de la corriente de terror que se originó en España por aquellos días: la ausencia de violencia gráfica explícita (salvo leves apuntes), así como la exclusión de desnudos (muy habituales en películas coetáneas) sorprende, aunque es cierto que el director pretende imbuir al terror de un componente mucho más sutil y sugerente como es una sensación continua de perturbación en su ambiente. Sigue leyendo