Escalofrío es una de las rara avis del fantaterror español, injustamente olvidada cuando se trata de repasar algunas de las obras relevantes de la vertiente. Con las sectas satánicas como epicentro de la historia (tema muy de actualidad en la época) y con títulos como La Semilla del Diablo (1968) o El Exorcista (1978) en el punto de mira de la influencia, Carlos Puerto rueda una de las películas más tétricas y oscuras del terror nacional, con una atmósfera que no duda en jugar con la crueldad, la lujuria y unos efluvios claros de incomodidad, claves que el film maneja de manera mecánica pero efectiva y práctica. Puerto fue uno de los hombres de confianza de Juan Piquer Simón, productor y alma creativa de la cinta, ya que justo el año anterior de esta película había guionizado la adaptación de Julio Verne dirigida por el realizador valenciano Viaje al Centro de la Tierra (1977); como director, tras iniciarse en el documental, Puerto tiene una leve carrera de la que se podría destacar El Francotirador (1978) donde Paul Naschy, a parte de colaborar en el guión, interpreta a un humilde relojero que tras la muerte de su hija en un atentado terrorista pretende asesinar al mismísimo Francisco Franco. Sigue leyendo