Parida en plena eclosión del Slasher, Noche Infernal supone una de las primeras entregas de la entonces incipiente estrella Linda Blair (convertida en tal gracias a su paso por la saga de El Exorcista) por los efluvios menos conocidos del cine fantástico, que desencadenaría en la carrera de la actriz un infatigable paso por el cine underground de los 80. Como ya icónica pieza del previamente citado subgénero, Noche Infernal trae para sí algunas de las constantes temáticas del mismo, con el grupo de jóvenes asociados a una fraternidad (Alpha Sigma) y con el peligro de contonearse con lo oscuro; aquí, para superar una prueba final de la inclusión en dicho grupo estudiantil, cuatro jóvenes han de pasar una noche en una mansión con siniestra historia y unas paredes que parecen rezumar misterio por cada uno de los habitáculos del misterioso paraje.
tom desimone
Dossier Slasher: Introduciendo un género. Máscaras, cuchillos y gritos en la oscuridad… (2)
En la primera parte de este artículo introductorio al Slasher nos habíamos quedado justo en el momento en el que se puede catalogar el estallido comercial de este apasionante subgénero: el estreno en 1978 de La Noche de Halloween, el modesto film de John Carpenter que expondría y ampliaría enormemente las más representativas claves del mismo. Partiendo de una clara influencia como fue el esquema argumental de Navidades Negras de Bob Clark, Carpenter potencia hasta el extremo la utilización de una trama sencilla (un pequeño vecindario que sufrirá los crímenes de un villano) pero que gracias a una serie de conjunciones puramente fílmicas se convertiría en todo un clásico del terror. Asentando los que se considerarían muchos de los patrones básicos del Slasher, que ya venían dándose con anterioridad pero que el cineasta aquí los estandariza (víctimas adolescentes, localización aislada, villano enmascarado…), sumándole una elegante articulación narrativa (ya presentado con el plano secuencia de inicio y su maravilloso uso del formato panorámico), impropia de estas temáticas, y con un reparto que incluía a una vieja estrella de Hollywood como Donald Pleasence y la presentación al mundo de Jamie Lee Curtis, quien sobre ella recae la responsabilidad de establecer las coyunturas de lo que a partir de aquí se empezó a llamar como final girl. Sigue leyendo