En un tranquilo pueblo austriaco vive junto a su hijo una mujer divorciada llamada Georgia (Cinzia Monreale), propietaria del videoclub de la zona. Los kinkis del pueblo tienen especial fijación por la joven, a la que hostigan de manera habitual; el culmen del acoso se produce cuando estos jóvenes delincuentes invaden su casa e intentan violarla. El asalto es interrumpido por Ric (Donald O’Brien), un hombre solitario que está enamorado en la sombra de Georgia, pero no consigue impedir que la joven sea golpeada hasta el punto de provocarle un estado comatoso. Para los corruptos altos cargos de la pequeña región, se ve en Ric el perfecto chivo expiatorio, al estar uno de los asaltantes directamente relacionado con las altas esferas del lugar. Cuando Ric fallezca en unas circunstancias un tanto sospechosas, Georgia (quien tiene habilidades telequinéticas) establecerá un vínculo con el fallecido para efectuar una venganza de ultratumba.
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