
Publicado originalmente en la extinta web Terror.Team.
El nombre de Charles Manson sigue a día de hoy poniendo los pelos de punta a la sociedad estadounidense. Curiosamente, su aún vigente peso en la (contra)cultura es recordado (despertando siniestro temor por unos, y sucumbiendo a muchas adoraciones por otros tantos), como uno de los psychokillers más despiadados, sórdidos y espeluznantes de la historia negra del planeta. Y si esto es mencionado aquí como un dato curioso, es porque precisamente la peculiar característica de Manson, algo que sin duda alguna engrandece su leyenda, es que no es en realidad un psychokiller al uso: este término anglófono, distendido y utilizado en cualquier tipo de tertulia, viene a ser una traducción más o menos fidedigna al concepto de asesino en serie o asesino psicótico, con unas diferencias entre estas dos terminologías que darían para un debate a parte. Pero con Manson, y esto es algo que nadie debe dudar (aunque el que esto escribe sigue aún sorprendiéndose que constantemente se apele a Charles con ese término), no nos encontramos con un psychokiller en el más estricto significado de la palabra, ya que las oleadas de sangre que se le atribuyen eran efectuadas por su amenazante séquito de seguidores apodado como La Familia; nuestro protagonista no se mancharía las manos de sangre en los tenebrosos crímenes que hoy todo el mundo anexan directamente a su figura. Sigue leyendo →