El Gabinete tiene el honor de presentar a sus lectores el número siete de Cine-Bis, el ya imprescindible fanzine orquestado por el infatigable Javier G. Romero quien rodeándose de nuevo de un notable séquito de colaboradores vuelve a la carga afianzando aún más la publicación como clave en el estudio y rescate de personalidades y vertientes cinematográficas esenciales de esa vertiente del cine quizá menos conocida para el gran público. Como en las anteriores entregas, la pasión hacia el cine como medio y un estilo visual en su diseño afín a la seriedad y profesionalidad destiladas por sus páginas serán las claves para que la revista, hermana pequeña de la inolvidable y extraordinaria Quatermass, sea ya un clásico imperdible para el fandom nacional devoto del cine de género. A continuación, se desgranarán cada uno de los apartados de este nuevo número:
Tras una editorial firmada por el propio Javier G. Romero, en el que explica los motivos profesionales que le han ocasionado el pequeño retraso en la salida de este número 7, llega el ya apartado habitual en el que se repasan los medios que de una manera u otra dan eco a la publicación, entre webs, blogs, revistas, fanzines y hasta algún canal de YouTube. Agradecer nuevamente a Javier la inclusión de unas líneas extraídas del análisis realizado al número anterior de Cine-Bis por este Gabinete. A continuación, se hace mención a algunas presentaciones de publicaciones en las que ha estado inmerso el propio Javier, como Cine cómico español:, 1950-1961. Riendo en la oscuridad de Carlos Aguilar (necesario repaso a la época dorada de la desconocida comedia hispana de décadas pasadas) o Carteles de cine. 100 diseñadores españoles de Ignacio Michelena Usatorre (volumen que recoge la friolera de 200 pósteres españoles provenientes de algunos de los mejores ilustradores de nuestro país), para las que el alma máter de Cine-Bis realizaría labores de maquetación o diseño gráfico, esta última en lo concerniente a la ardua labor de retocar digitalmente los carteles de la segunda publicación citada.
Mabuse. Uno por tres es tres. (1ª parte)
De la pluma de Carlos Aguilar proviene el primer artículo de este nuevo Cine-Bis, primera parte del repaso a las adaptaciones en la gran pantalla del legendario personaje Mabuse, en este primer segmento focalizadas en las venidas del inolvidable Fritz Lang y que a su manera, estrenadas en décadas diferenciadas, suponen también un estimable ejercicio de entender y estudiar el desarrollo del cine alemán a través del Siglo XX. Aguilar alude a los orígenes literarios del personaje, así como en desentrañar las claves de las películas, tanto a nivel cinematográfico como todo tipo de coyunturas que las rodearon, como en El Doctor Mabuse (1922), El testamento del Dr. Mabuse (1933) o Los crímenes del Dr. Mabuse (1960), con las indispensables lecturas que pueden sacarse de ellas. El artículo supone además , en espíritu, un loable repaso a las propias influencias y constantes de un realizador tan esencial como Fritz Lang. Un ensayo en el que se esboza la personal pasión e intromisión cinematográfica de Aguilar, y que continuará en el siguiente número con las adaptaciones de Mabuse ya no firmadas por Fritz Lang.
Ley contra barbarie. Duelo en el O.K. Corral
Fernando Usón Forniés se encarga de aglutinar todas las adaptaciones fílmicas de uno de los episodios históricos más recordados del Salvaje Oeste, el ya mítico tiroteo ubicado en el legendario O.K. Corral donde Wyatt Earp acompañado entre otros por su inseparable Doc Holliday daban cuenta a golpe de plomo de la rivalidad venida del pasado hacia un grupo de cuatreros. Un capítulo esencial de aquel oeste donde las armas reinaban y que sería fruto de diversas traslaciones cinematográficas que aquí son analizadas. Así, además de repasar algunas de las vicisitudes históricas del afamado tiroteo, y su siempre protagonista el Sheriff Wyatt Earp, se citan el análisis de películas como Frontier Marshal (1939), Pasión de los fuertes (1946), Duelo de titanes (1956), Duelo a muerte en OK Corral (1971) o Tombstone (1993) (incluso algún que otro serial para televisión), entre otras. Además, se amplía la información citando algunas películas en las que, sin ser protagonista, Earp aparecerá, relatando alguna que otra anécdota curiosa como la de El alguacil de la frontera (1934), con denuncia de la viuda del Sheriff de por medio. Un repaso tanto histórico (interesantes las aportaciones fotográficas de los protagonistas reales del suceso) como cinematográfico, con las que se establece una diferenciación clara de como la propia evolución del western fue cambiando algunas naturalidades del ya histórico tiroteo.
Juan Bosch. Al pie del cañón
Uno de los apartados más reivindicativos de este Cine-Bis es la entrevista realizada por David Pizarro a Juan Bosch, cineasta prototipo del laborioso oficio de fecundación del cine de géneros de nuestro país, tanto en su esplendor en las décadas de los 50 y 60 como en su posterior decadencia. Un repaso a toda una vida y obra dedicadas al cine, rescatando a un realizador que abarcaría una diversidad genérica desbordante con un charla en la que Bosch relatará sus inicios como asistente de dirección y guionista, apuntes biográficos de amplio interés, la retahíla de personajes del mundo del cine con los que trabajó (como Miguel Iglesias o el infatigable Ignacio F Iquino, citando a modo de ejemplo), el cine policíaco catalán, su posterior paso a la comedia, el eurowestern con su consecuente relación con la cinematografía italiana, el thriller de tonos «giallescos», el terror con su popular y exitosa Exorcismo (1974), la comedia con prominente toques de erotismo y la aparecida clasificación ‘S’… Todo ello supone un estudio completísimo hacia la figura del director y que permite conocer por sus palabras los entresijos del cine popular español de décadas pasadas; Bosch, además, y para curiosidad del aficionado, no obvia en hablar de aquellos proyectos que lamentablemente se le quedaron en el tintero. Imprescindible.
Los Hermanos Marx. ¡Más madera! ¡Es la guerra! (2ª parte)
Segunda y última entrega de la completa monografía que Pablo Fernández le dedica al grupo cómico más famoso de la historia del cine. Concluyendo con el repaso tanto biográfico como artístico, en esta segunda parte se fundamenta el análisis y reflexión de la que se podría tildar como época dorada del ahora trío humorista, con películas de tal popularidad como Una noche en la ópera (1935), Un día en las carreras (1937), Los hermanos Marx en el oeste (1940) o Una noche en Casablanca (1946) ya en su ocaso, amén de participaciones en películas ajenas como secundarios. Es digno de mención el equilibrio del texto entre la aportación divulgativa y el análisis puramente cinematográfico, aportando una inmersión por los logros de las películas y adentrándose en coyunturas que de una manera afectó a su carrera como la prematura muerte del productor Irving G. Thalberg o su paso por compañías como la RKO o MGM… Con la decadencia del grupo llegarían los consecuentes trabajos paralelos de cada uno de los hermanos Marx, que también se señalarán. Esto emergerá como colofón final a un texto que supone un acercamiento muy completo a la figura del grupo cómico más popular que se recuerde en la meca del cine.
Chelo Alonso
Carlos Aguilar repite en este número con una entrevista a la actriz cubana Chelo Alonso, estrella del peplum italiano y ya convertida en todo un signo para el cinemabis europeo gracias a su exótica belleza e irradiante sensualidad. Se repasan aquí los modestos orígenes de la actriz, su entrada en el mundo del cine, sus apariciones en películas como El terror de los bárbaros (1959), Bajo el signo de Roma (1959), Ruta de titanes (1960), El gigante del valle de los reyes (1960) y otras tantas que hicieron de la actriz una infatigable intérprete con casi veinte películas en toda una década. Curiosas serán las anécdotas que relate sobre algunos de los personajes con los que pudo trabajar, figuras de la importancia de Riccardo Freda, Michelangelo Antonioni, Elsa Martinelli, Gina Lollobrigida o Anita Ekberg, entre otros. Se abarca también su abandono del cine a principios de la década de los 60 tras casarse con el productor Aldo Pomilia (y su posterior y breve retorno a la gran pantalla a las órdenes de Sergio Leone y Sergio Sollima) y también una curiosísima anécdota de su amistad con el mismísmo Federico Fellini. Una entrevista profunda, humana y de un carácter reivindicador hacia uno de los rostros más bellos del cine popular italiano.
Los Ángeles de la Carretera. Una mirada a las salvajes Biker Movies
Profundo y apasionado repaso el de Roberto García-Ochoa Peces hacia uno de esos subgéneros que popularizaron el cine underground norteamericano durante las décadas de los 60 y 70, las denominadas biker movies. Protagonizadas por rudos moteros que sembraban de conducta anti-sistema, vigorosa violencia y ansias de libertad en una América convulsa, esta vertiente se inicia casi por accidente con la popular Salvaje (1953), protagonizada por un Marlon Brando cuya efigie fue santo y seña del posterior «cine de moteros». Esta cinta, y su referencia real, serán el punto de partida para constituir a continuación toda esta (sub)industria generada bajo el marco de la Serie B y los cines grindhouse, donde las constantes establecidas en el ya mítico film producido por Stanley Kramer eran elevadas y explotadas al extremo, surgiendo una vertiente fílmica hoy de culto. Así, la monografía se enriquece partiendo además de las influencias culturales que las bases de este cine insuflaron incluso al imaginario popular, películas que se anticiparían también a la vertiente (Kenneth Anger o Russ Meyer mediante) y con el necesario repaso a la faceta exploitation originada de la que se parte con la esencial figura de Roger Corman y su Los ángeles del infierno (1966), cinta tan tótem para el subgénero como lo sería también su protagonista Peter Fonda. A continuación, se citan prácticamente todas las demás aportaciones que fomentaron este cine biker, hoy indispensable para conocer el cine ‘B’ norteamericano de los 60 y 70, con un gran conocimiento por parte de su autor a la hora de analizar el contexto y naturalidad de los films, paséandose por sus líneas títulos tan icónicos para la corriente como Hell Angels on Wheels (1967), Los sádicos de Satán (1969), o Easy Rider. Buscando mi destino (1969) como accidental película modelo del subgénero. Para concluir llegará el consiguiente repaso por la década de los 70 y a través de los efluvios más salvajes del biker, donde se citarían tanto la confluencia de otros géneros como el terror y hasta una feminización de la vertiente.
Shanks. El que juega con los muertos
La película de culto de este número corre a cargo de Ángel García Romero con el repaso al Shanks (1974) de William Castle, última película de una de las personalidades más excéntricas que ha dado la Serie B en el siglo pasado como artesano productor de cine fantástico para el que tan importante era su respeto por los cánones del bajo presupuesto como la mercadotecnia que hacía rodear a sus productos. Tras un repaso a la figura y obra de Castle, el artículo se mete de lleno en desgranar las particularidades de Shanks, un film hoy oculto y maldito y en el que el afamado director y productor profirió un fino sentido del humor mezclando elementos tan icónicos como los muertos vivientes, todo bajo el hálito de ser una especie de cuento de hadas macabro, para mayor gloria del mimo francés Marcel Marceau, absoluta estrella de la función. Basada en un relato corto llamado The Death of Beethoven, se detallan no solo las circunstancia que rodearon a esta curiosa producción (nacida como un encargo de la todopoderosa Paramount a Castle, a sabiendas del gancho que su cine tendría en el pasado hacia el público adolescente) sino también las claves del por qué a pesar de su ostracismo este film mantiene cierta ambigüedad en sus planteamientos respetando ese personal tono hacia lo perverso, clave del cine de su director.
Luigi Bazzoni. El varón deshecho
Revisión y profundo análisis a uno de esos cineastas más injustamente olvidados del cinemabis italiano, a razón de una corta pero tan íntegra como loable filmografía. Luigi Bazzoni abarcó en su testimonial obra películas tan dispares como personales, comprendiendo títulos como La mujer del lago (1965), El hombre, el orgullo y la venganza (1967), El día negro (1971) o Huellas de pisadas en la luna (1974), a las que habría que añadir Hermanos azules (1973), la cual firma bajo seudónimo por motivos que no trascenderían. Carlos Aguilar desentraña las claves del cineasta, analizando la valía técnica y artística de sus productos para un hoy inexplicable rechazo de crítica, público, e industria. Con un claro ímpetu reivindicativo, Aguilar define a Bazzoni como un cineasta auto exigente, meticuloso y tremendamente orgulloso para/con su arte, lo cual podría dar pistas de una personalidad quizá demasiado peculiar para el devenir de la industria de géneros del momento. Aguilar construirá el pertinente repaso biográfico y fílmico del director, que nos descubrirá algún episodio desconocido de Bazzoni como sus orígenes en el cortometraje, para acabar centrándose en las constantes de sus obras dirigidas para componer este rescate a un cineasta clave del cinemabis europeo.
Midi-Minuit Fantastique. Una conspiración fantástica
Con este número comienzan una serie de artículos dedicados a revistas cinematográficas de cualquier época y trascendencia (que se alternarán con las entrevistas a faneditores), haciendo hincapié a aquellas que permanezcan en el olvido. Este es el caso de la publicación francesa Midi-Minuit Fantastique, de la que Rubín de Celis dedica este escrito para desentrañar el origen y desarrollo de la publicación, cuyo nombre responde a modo de guiño a uno de los más populares cines ubicados en París al que los fundadores del magazine eran asiduos. Precisamente a estos personajes, pertenecientes a un reducido círculo de espectadores cinematográficos parisinos con ansias de reivindicar el cine fantástico, se les hace un profuso repaso, esencial para comprender la publicación y pretensión de la revista, saliendo a la palestra nombres como los de Jean Boullet o Alain Le Bris. Este estudio se centra también en el respeto tanto hacia los fundadores de la publicación como a los prestigiosos colaboradores que tenían dentro de la escena crítica francesa, llegando a considerarse a Midi-Minuit Fantastique como la Cahiers Du Cinema del fantástico, para que el lector se haga una idea de la trascendencia que tendría la revista en la revitalización del análisis del cine de género habitualmente desprestigiado de manera injusta por las grandes plumas.
Y, para finalizar, como es habitual por aquí, felicitar tanto a Javier como a su séquito de colaboradores por el inmenso trabajo realizado, que ayuda de manera trascendental a que este cine más minoritario siga vivo en el recuerdo. Esperando ya desde estos lares la llegada de ese futuro número 8, recordando a los lectores que para información y pedidos de Cine-Bis pueden ponerse en contacto en la siguiente dirección de correo electrónico: quatermass@hotmail.com
¡Saludos desde el Gabinete, camaradas!
*Imágenes por cortesía de Javier G. Romero