El Gabinete tiene el honor de presentar a sus lectores el número siete de Cine-Bis, el ya imprescindible fanzine orquestado por el infatigable Javier G. Romero quien rodeándose de nuevo de un notable séquito de colaboradores vuelve a la carga afianzando aún más la publicación como clave en el estudio y rescate de personalidades y vertientes cinematográficas esenciales de esa vertiente del cine quizá menos conocida para el gran público. Como en las anteriores entregas, la pasión hacia el cine como medio y un estilo visual en su diseño afín a la seriedad y profesionalidad destiladas por sus páginas serán las claves para que la revista, hermana pequeña de la inolvidable y extraordinaria Quatermass, sea ya un clásico imperdible para el fandom nacional devoto del cine de género. A continuación, se desgranarán cada uno de los apartados de este nuevo número:
william castle
Double Feature: «La mansión de los horrores» + «Los 13 Fantasmas»
Le llamaban «El Rey del Gimmick». William Castle no es solo uno de los nombres siempre ligados al ímpetu más clásico del horror por su constructiva carrera dentro del género en las décadas de los 50 y 60 mayormente, sino que además se erigió como un pionero en eso de llevar más allá la experiencia de sentir el horror. Su oficio de cineasta trascendía la de la mera realización, ya que concibió su factura hacia el terror como un espectáculo para todo aquel que visitaba la sala de cine; creó los denominados gimmicks, una serie de trucos realizados desde el mismo teatro de proyección que solicitaban la participación emotiva del espectador. Esta meritoria y simpática iniciativa, que permitía ampliar la experiencia del visionado, se conjugó con la habitual factura clásica e ingenua de este realizador clasicista e innovador al mismo tiempo, que dejó tras de sí una impepinable labor en el género. Quedémonos hoy en esta Double Feature con dos de sus más imperecederos clásicos, ambos frutos de remakes posteriores. Sigue leyendo
Dossier Slasher: Introduciendo un género. Máscaras, cuchillos y gritos en la oscuridad… (1)
Si dentro de las abultadas variantes del cine de terror existe una corriente que se haya mantenido con el paso del tiempo, aún teniendo en cuenta diversas decadencias y renovaciones, es el slasher. Con él se cumplen muchos de los patrones que establecen y dan forma a los subgéneros del cine fantástico, como bien pudieran ser unas influencias previas formales, una serie de obras prototípicas que darían pie a unos patrones que luego desarrollarían unos cineastas dando pie a sus tótems, además de la consecución de un movimiento anclado a una época determinada, que provocaría una futura explotación comercial y decaimiento. Aunque entraremos luego en ello, el slasher ha sufrido varios ocasos que no impedirían que fuese eternamente recurrido en los cánones de la serie B, destacando eso sí una explosión comercial que tendría en los años 80 su auténtico culmen. Sigue leyendo