Aunque su historia se inicia en una iconográfica noche de Halloween de los Estados Unidos de los 60, no deberíamos considerar a El misterio de la dama blanca, estrictamente, como una película de terror. En su trasfondo se vislumbran esas aventuras grupales infantiles en búsqueda de lo desconocido, en la piel de un niño llamado Frankie que es encerrado por sus compañeros en el armario del instituto en plena festividad de la víspera del día de los muertos. Tras el susto inicial comenzará su aventura al ver a una niña que había sido asesinada unos años antes, lo que hará que el infante entre de lleno en una trama con un asesinato sin resolver, apariciones fantasmales y un innegable toque de oscuridad que acompañará constantemente a esta singular y a la vez olvidada pieza de los 80. La manera en la que el director Frank LaLoggia inspira este cuento de hoguera y campamento se basa en un recorrido por muchos de los clichés del cine de entretenimiento de aquella época, lo que logrará que su película goce de una singular variable de ideas así como de un extraño poso de heterogénea película de misterio. Sigue leyendo