In Memoriam: Herschell Gordon Lewis (1929-2016)

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El cine de terror perdía el pasado domingo a uno de sus más importantes exponentes, Herschell Gordon Lewis. Considerado desde sus inicios  como el «Padrino del Gore», apelativo que tendría que compartir con el fascinante Lucio Fulci (aunque, si somos justos, Gordon Lewis sí respondía con todas las de la ley al apodo por sus obras germen para dicha corriente), con el director de la relevante 2000 maníacos (1964) se va uno de esos cineastas que cambiaron toda una manera de concebir el horror en pantalla. Nacido el 15 de Junio de 1929 en Pittsburgh, la figura de nuestro protagonista fue elemental para consolidar lo que hoy entendemos por cine gore o los extremos más excesivos del terror, justo en aquella década de los 60 donde el cine de dicha vertiente se encontraba anclado en un clasicismo urdido y explotado en decenios pasados. Sigue leyendo

Dossier Nasty: «Blood Feast» (Herschell Gordon Lewis, 1963)

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Herschell Gordon Lewis es reconocido hoy como «el padrino del gore«, epíteto que ha compartido con el paso de los años con otros directores de tal calibre como el del italiano Lucio Fulci, con cuya Aquella casa al lado del cementerio (1981) inauguramos el repaso formado a estas películas perseguidas por terrenos británicos. En el caso del director norteamericano tendría más trascendencia el apelativo agrandándolo aún más hasta el nivel de ser considerado como el creador del cine gore. Aunque antes de Gordon Lewis ya había tendencias y corrientes que ya presumían de estilismos propios del también llamado splatter (el Grand Guignol francés se postula como principal tótem de influencia, al que imitarían cineastas como D. W. Griffith, Cecil B. DeMille o la propia Hammer), se podría considerar al director de Blood Feast o 2000 Maníacos (1964) como el principal precursor del gore como corriente, apoyándose en un carácter explícito de la violencia y una búsqueda de la incomodidad más transgresora, constituyendo su estilo a lo largo de una filmografía que acabó por catalogarse como la más salvaje ramificación del slapstick (comedia apoyada en situaciones de violencia exagerada, que en el caso de Gordon Lewis se ayudaría de una desorbitada cantidad de grotesca violencia gráfica).  Sigue leyendo