Para completar el artículo dedicado a su figura, El Gabinete tiene el honor de presentar la entrevista que Fabiola Toledo ha tenido la gentileza de conceder a este rincón virtual. Un repaso a sus comienzos interpretativos en Italia, su peso en el cinemabis europeo gracias a su participación en películas como Demons (1985), un repaso a su filmografía, así como su relevante incursión en otros medios como la televisión y el teatro, que hacen de ella una solvente y dedicada intérprete. Como siempre se espera que el lector disfrute, aprovechando la ocasión para agradecer efusivamente a Fabiola su enorme amabilidad a la hora de atender y responder a las cuestiones.
Tus inicios en el cine se remontan a finales de los 70, y se sitúan en la maravillosa Italia, con películas como Il mammasantissima (1979) de Alfonso Brescia o Augh! Augh! (1980) de Marco Toniato. ¿Cómo llega una joven Fabiola Toledo al país y se inicia en el séptimo arte? ¿Te consideras italiana de adopción?
Llegué por amor y además quería estudiar arte dramático, así que me inscribí en la escuela nacional Italiana de arte dramático SILVIO D’AMICO y poco después empecé a trabajar. Y sí, me considero italiana de adopción porque ya con apenas diecisiete años me sentía como en mi casa.
Con los inicios de los 80 sigues trabajando en Italia, coincidiendo con el ocaso del cine de géneros del país. Primeramente con Joe D’Amato, toda una figura representativa del cine de explotación europeo, con el que realizas Caligula 3, la historia jamás contada (1982), donde coincides además con un rostro popularísimo de este cine como es Laura Gemser. ¿Qué recuerdos tienes de esta producción? ¿Su alto contenido erótico (marca no solo del personaje de Caligula, si no de parte de la obra de D’Amato) supuso algún problema para aceptar participar en ella?
Sólo recuerdo mi enfado con mi representante, me sentí engañada porque me contaron una cosa y luego fue otra muy distinta… Pero supongo que es el precio de la inexperiencia.
En 1983 realizas tu primera película con Lamberto Bava, Cuchillos en la oscuridad, un thriller entendido como una evolución lógica de los gialli italianos de los años 70, realizando uno de los papeles principales… ¿Cómo la valoras en tu experiencia cinematográfica?
Muy positiva, con el paso de los años he valorado más ese tipo de cine puesto que, a pesar de la violencia que encierra esa película en particular, tiene mucho de Giallo.
Tu segunda colaboración con Bava, Demons (1985), te convierte prácticamente en un icono para los que adoramos el cine fantástico europeo. ¿La consideras un capítulo importante de tu carrera? ¿Qué tal el rodaje, a caballo entre Italia y Alemania, donde además coincides con rostros muy relevantes como Bobby Rhodes o Geretta Geretta, o un cineasta del calibre de Dario Argento en la producción?
Importantisimo ya que, aún hoy, los fans de este género cuando se acercan al teatro para pedirme un autógrafo, de paso me piden que les firme alguna foto de Demons que se traen consigo… Es muy halagador y me cuesta creer que haya gente que recuerde la película pero así es, y Dario Argento en la producción fue fundamental ya que supervisaba más de lo que Bava hubiera querido. El rodaje lo recuerdo muy duro debido a los efectos especiales, horas de maquillaje y jornadas muy intensas, especialmente las de acción ya que hay que recordar, que entonces todo se hacía de manera casi artesanal; de hecho, la escena en la que aparezco de detrás y con un salto rompo la pantalla se rodó en una única toma, puesto que no había posibilidad de rodarla una segunda vez. Fue estresante a la par que emocionante y lo recuerdo todo con mucho cariño. Alguien me dijo que la máscara que se hizo sobre el calco de mi cara se encuentra en el museo del terror en Nueva York.
Respecto a rodar en Alemania la segunda parte de Demons no acepté, no pude debido a compromiso adquiridos con anterioridad, y además no me apetecía y no creía en una Demons 2.
En Demons interpretas a un personaje que tiene una notoria importancia en cierto momento de la película, donde además en tu físico se lleva a cabo una de las “transformaciones demoníacas” más recordadas del film. ¿Qué tal la experiencia en labores de maquillaje y todo lo que ello conlleva?
La transformación se hizo de manera mecánica sobre mi máscara manejada por un fantástico especialista en efectos especiales que era Sergio Stivaletti; el maquillaje eran pupas rellenas de una especie de yogurt verde que, a la vista, resultaba bastante asqueroso y si encima le añades una lengua inmensa que no paraba de crecer al igual que las uñas mientras me transformo, el efecto fue más que aterrador.
¿Qué destacarías de tu leve paso por el cine de terror?
Pues destacaría el poder de seducción que el cine ¨Gore¨ ejerce sobre los amantes de este género, si no, no me explico que después de tantos años aún me recuerden en ese papel.
Justo a mediados de los 80 comienzas en otro medio que sería muy importante en tu carrera, como es la televisión. Así, llega un serial dedicado a Cristobal Colón, Lorca, muerte de un poeta, Brigada Central , más actualmente Calle Nueva o Esencia de poder, entre otras. ¿Cómo cambia para un actor el hecho de pasar del cine a la televisión? ¿Te ha aportado cosas el propio medio televisivo a tu faceta interpretativa? ¿Qué recuerdos tienes de esas producciones?
Mis recuerdos son siempre maravillosos porque adoro mi trabajo y los malos momentos se olvidan rápido. Cuando estas interpretando el medio es lo de menos porque eres actriz siempre, indistintamente si estas sobre las tablas o delante de una cámara.
De vuelta al cine, por mis filias me es obligado preguntarte por una producción de 1989 llamada Al Andalus, camino del sol (1989) , donde coincides con auténticos rostros de culto: José María Caffarel, Fernando Hillbeck, Aldo Sambrell, Jack Taylor, Charly Bravo… producto que hoy en día es casi ilocalizable. ¿Qué me podrías decir de ella y de tu participación aquí?
Pues que hacer de princesa árabe me gustaba y más rodando en parajes realmente bellos como el desierto, aunque en realidad el papel que me hubiera gustado interpretar era el de Abderraman que afortunadamente lo interpretó Luis Suarez ¡je,je!
Siguiendo con tus participaciones en el cine, trabajas a las órdenes de auténticas eminencias como Fernando Fernán Gómez en El Viaje a Ninguna Parte (1986), Mariano Ozores en Disparate Nacional (1990), o Mario Camus en El color de las nubes (1997)… ¿Hasta qué punto te ha aportado como actriz el trabajar con estos importantes nombres y películas?
Cualquier director que se moleste en dirigirte es ya, de por si, una bendición, pero si además son consagrados, te dan categoría.
En tu carrera, me consta que el teatro es un medio importantísimo. ¿Has encontrado algún sentimiento o elemento que un intérprete no pueda alcanzar en cine o televisión y sí sobre las tablas?
El contacto directo con el público, poder mirarlos a los ojos, sentir como les cambias su estado de ánimo más aún si haces comedia y sentir aplausos sinceros. Y eso te lo da sólo el teatro.
Sé que la profesionalidad en tu oficio es algo que los que han trabajado contigo destacan especialmente de ti. ¿Qué destacarías de tu profesión? ¿Darías algún consejo a los jóvenes actores? ¿Has probado otras facetas artísticas como la escritura o la producción?
No me gusta dar consejos. Me gusta mucho escribir y de hecho lo hago… Aunque considero que hay tan buenos profesionales, que siento pudor sólo pensar producir algo mío.

Cartel de Más Sofocos, obra teatral en la que Fabiola no sólo interpreta sino que también está inmersa en labores de producción.
¿En qué proyectos estás involucrada actualmente?
Actualmente estoy produciendo unos cortos que a veces también interpreto, donde el cine y la moda van de la mano y capturados en historias fantásticas. FASHIONLINS es el nombre del proyecto.
Para finalizar, algo que siempre me gusta preguntar: una canción, un libro y una película que sean inolvidables para ti.
Imposible nombrar sólo una canción, un libro o una sola película porque hay varias, así que haré un tres por uno y te digo EL PADRINO te vale? Aúna los tres conceptos y me encanta.
Muchísimas gracias por tu tiempo, Fabiola.