Entrevista con Kristian A. Söderström, director de Videoman (Videomannen, 2018)

Kristian

Videoman (Videomannen, 2018) es una de las propuestas más singulares e interesantes que nos ha brindado el cine de género de los últimos años. Abordando temas como el coleccionismo de VHS o el amor por el cine de culto, esto sirve como un canal para implementar un espíritu retrospectivo y reivindicativo en relación al cine europeo de las décadas de los 70 y 80. Videoman traza un discurso sobre el aislamiento emocional y la mirada nostálgica hacia el pasado, utilizando un lenguaje cinematográfico inspirador y abstracto. Se pudo ver en algunos festivales como los británicos Fright Fest o el FilmFear, y El Gabinete del Reverendo Wilson tiene la oportunidad de entrevistar a su director, el cineasta sueco Kristian A. Söderström, quien después de una larga experiencia en el cortometraje se enfrenta aquí a su ópera prima.

Kristian, hablemos primero de tus primeros trabajos en el mundo del cortometraje. ¿Cómo son tus primeros pasos como cineasta, dirigendo una serie de cortos desde el 2005 hasta el 2014? ¿Qué me podrías contar de tu experiencia como director en este formato?

Obtuve mi aprendizaje sobre cine en la UCLA de Los Ángeles, para luego regresar a Suecia a principios del año 2000. En Suecia intenté encontrar financiación para una película pero sin contactos ni méritos fue tremendamente difícil. Estaba tan ansioso de empezar a rodar que me frustré muchísimo con eso de esperar que otras personas decidan si iba a hacer o no mis películas. Necesitaba tener el control por mí mismo, por lo que empecé a hacer cortometrajes.

Los cortometrajes fueron un buen campo de entrenamiento para mí, especialmente en lo que a encontrar mi voz cinematográfica se refiere. Después de ver muchas películas durante mucho tiempo pensé que sabía qué tipo de películas me gustaría hacer. Descubrí que lo que me gustaba visionar no estaba siempre alineado con lo que sentía como natural en el aspecto creativo. Al hacer cortometrajes, tuve una lucha entre lo que deseaba hacer y lo que podía manejar; después de algunas obras, estas dos variables empezaron a encontrarse a mitad de camino. Mi voz se reduce básicamente a combinar drama humano con el misterio o elementos de terror. También soy un gran fan de la comedia negra. 

 

En algunos de tus cortos cuentas con la presencia de Alicia Vikander, suponiendo para ella sus primeros pasos en el mundo de la interpretación, estando ahora muy inmersa en la industria del cine desde que apareció en Ex_Machina, La chica danesa (ganando un Óscar por esta interpretación) o Tomb Raider… ¿Cómo valoras tu trabajo con ella y su emergente fama, convertida ahora en una actriz muy respetada?

El primer corto que hice con Alicia, Darkness of truth, fue la primera vez que sentí que me había encontrado con el cine. Ese proyecto, por tanto, es muy importante para mí; sin embargo, no creo que sea una obra perfectamente construida. Aún así, Alicia está estupenda ahí y cuando rodaba me di cuenta de que tenía un asombroso potencial como actriz. Tiene todos los atributos necesarios para tener éxito, además de ser muy profesional y decidida. No estoy para nada sorprendido de su triunfo.

Otro de mis cortometrajes, Susan’s Longing, en el que Alicia tiene un pequeño papel, pienso que es una buena obra. Ese y Smink aka Make-Up son los dos cortos que más me hacen sentir cómodo a la hora de exhibirlos.

 

Con Videoman das el salto al largometraje. ¿Cómo se originó la producción, y qué notables diferencias te has encontrado como cineasta enfrentándote a un nuevo formato para ti?

Al decidir el guion con el que hacer mi debut en el largometraje de bajo presupuesto encontré ese maravilloso sótano repleto de VHS y reescribí una vieja idea que trataba sobre el propietario de una tienda de vídeos. En ese momento mi camino se cruzó con el de Stefan Sauk, un tipo algo olvidado en su faceta como actor. Siempre me gustó mucho, cuando años atrás estaba haciendo cosas más alejadas, en la televisión; me di cuenta de que podía traer consigo el humor negro y la desesperación que necesitaba para el personaje de Ennio. La ausencia de Stefan durante bastante tiempo en el largometraje me encajó perfectamente con Ennio, quien está luchando por el regreso a la actualidad como pionero del mundo del VHS. La vida real y la ficción se unieron en este aspecto.

Me sentí muy preparado en el cambio del formato cortometraje a la película de larga duración. Había estado escribiendo guiones para un largo durante años y cuando rodaba los cortos sentía que intentaba exprimir el largo dentro de los límites del corto. Ese formato nunca me hizo sentir cómodo porque estoy más interesado en los personajes que en las situaciones. Como Videoman era un proyecto de bajo presupuesto, vino hacía a mí con cierta frustración. A veces me atemorizaba que no pudiéramos acabarla, ya que eramos totalmente dependientes de la gente que la financiaba. 

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La coyuntura principal de la trama, bajo las líneas de un suspense hermético y desgarrador, es el coleccionismo de VHS. Debo admitir que, debido a esto, me sentí profundamente identificado con el protagonista, ¡incluso pude comprar  hace unos meses una edición británica de Nueva york bajo el terror de los zombies de Fulci!. ¿Qué opinión te merece la actual nostalgia que ha provocado el coleccionismo de VHS, cintas de cassette o vinilos? Me gustaría pensar que la enorme colección de VHS que vemos en el sótano de Ennio son en realidad de tu propiedad y que en él podemos encontrar ciertos reflejos autobiográficos tuyos…

¡Has comprado una copia de Nueva York bajo el terror de los zombies! ¡Me parece genial! Como soy una persona muy nostálgica y echo muchísimo de menos el perderme caminando por los pasillos de los videoclubs durante horas decidiendo qué película iba a alquilar, estoy a tope con la actual moda retro. 

La enorme colección de VHS de la película no es mía, pertenece a un buen amigo mío. Este colega, llamado Ennio, es la razón por la cual nació Videoman. Lo conocí a finales de los 90 cuando regentaba una enorme tienda de vídeos. Pasar tanto tiempo con este Ennio de la vida real me hizo pensar en la idea de una persona atrapada en su pasión. La tienda de vídeos que Ennio dirigía con total devoción acabo convirtiéndose en su prisión, no tenía vida fuera de ella.

El personaje de Ennio ciertamente tiene varios elementos autobiográficos para él. Es una combinación de tres personajes que existen en la vida real: yo mismo, el auténtico Ennio y mi amigo Jonas. Todos compartimos una gran pasión por el cine y el coleccionismo. Además tenemos diferentes personalidades que fusionadas entre sí crean un personaje de película muy interesante, según mi punto de vista.

 

En mi opinión, Videoman es una reflexión sobre la desolación y el aislamiento de dos personajes que se apoyan mutuamente en una mirada nostálgica que los desconecta de la propia evolución del tiempo… ¿Como abordas la idea de crear esta especie de drama romántico entre estos dos personajes a través de una composición del thriller tan hermético como obsesivo?

Tu opinión está muy cerca de lo que pasaba por mi cabeza cuando escribía el guion. Para mí es una película sobre la soledad, la pasión y la adicción. Los dos personajes principales se han sumergido en sus grandes intereses para olvidar lo que está sucediendo, en realidad, alrededor suyo. Estos intereses están relacionados con el pasado, más concretamente a los 80’s, una época en la que se encontraban en la cima de su propio juego, sabiamente. La idea de cómo algo que amas puede ayudarte y conducirte a la exclusión fue algo que realmente me atrajo. El escapismo tiene un precio.

Combinar una historia de amor con un thriller se reduce a lo que me gustaría lograr como cineasta, mezclando dramas con elementos de género. Me encantan los personajes completos que se sienten como seres humanos reales, y amo la narrativa y los estados de ánimo de las películas de terror. Siento que aquí, al menos en Suecia, existe una segregación entre las películas comerciales y las «importantes», de modo que te has de posicionar entre una u otra. Es algo que me gustaría cambiar. 

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Hablando de nostalgia, no hay duda de que tu película la aborda de manera muy directa, y la banda sonora synthwave compuesta por Robert Parker y Waveshaper ayuda a tenerlo en cuenta en todo momento. ¿Qué me puedes decir acerca de la elección de este estilo musical, que ahora parece estar experimentando un nuevo resurgimiento?

Desde que tengo uso de razón, me encanta la música de John Carpenter. Siempre pensé que si algún día hiciera una película, este sería el estilo de música que me gustaría utilizar. Cuando me llegó ese momento, la música analógica/electrónica estaba sufriendo un enorme revival, quizás por Drive. Los artistas que hacen este tipo de música de repente estaban por todas partes, algo que me encantó. Desde que Videoman quedó vinculada a los años 80, este estilo resultó muy adecuado para la película. Fue una feliz coincidencia, ya que yo ya había decidido utilizarlo antes de esta nueva ola retrowave. Uno de mis artistas favoritos utilizando sintetizadores es Waveshaper, y cuando descubrí que era sueco, hice que mi productor lo contactara inmediatamente; a través de Wavehsper, conocí a Robert Parker. Además del score instrumental quería también algunas canciones, en los años 80 se prestaba mucha atención a las bandas sonoras y, en ocasiones, se convertían en álbums muy exitosos en ventas. En aquellos tiempos el soundtrack era una entidad en sí mismo, y esto es algo que yo quería replicar. Nos lo pasamos muy bien creando la banda sonora que contiene algunos de mis artistas favoritos, haciendo con ello un guiño a los 80’s. Fue lanzada por Lakeshore Records y obtuvo una nominación por el mejor score en comedia en los International Film Music Critic Awards de 2019.

 

En relación al mundo musical, también tienes experiencia en el mundo del videoclip, de hecho, has filmado con Samantha Fox su vídeo para la canción Hot Boy, que está incluida en Videoman. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Samantha, y cómo llega la canción a la película?

Trabajar con Samantha fue una experiencia  muy divertida. Mi productor y yo le habíamos pedido al músico Johan Agebjörn que elaborara tres canciones de italo disco y cuando escuché Hot Boy me pareció que sonaba muy bien. Bromeé con Johan diciéndole que deberíamos conseguir que Kylie Minogue o Sam Fox la cantaran. Una semana más tarde vino a mí y  me dijo «Tenemos a Sam Fox». Yo pensaba que me estaba gastando una broma, pero no, había enviado una demo a su agente y unos meses después ahí estábamos, tomando algo con ella en Gotemburgo; al día siguiente grabamos el vídeo. Ella fue muy fácil de tratar, su madre era su estilista. Aquello fue muy divertido y un poco surrealista, todo sucedió muy rápido.

 

Ennio es el eje argumental de la película, un personaje repleto de obsesiones y fanatismos, que rodean su decadencia moral. ¿Cómo planteaste la construcción del personaje junto a Stefan Sauk? Stefan es un actor con una larga carrera, aquí en España lo conocemos principalmente por su participación en Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009). ¿Cómo llega a una producción como Videoman? También cuentas con la presencia de Martin Wallström, a quien hemos visto en Mr. Robot

Stefan había visto algunos de mis cortos y le gustaron mucho. Entablamos una conversación y de repente me di cuenta de que podía ser un gran Ennio. Ya me gustaba Stefan muchos años atrás cuando estaba haciendo comedias en televisión. Me di cuenta de que podía traer consigo el humor negro y la desesperación que necesitaba para Ennio. La ausencia de Stefan en el largometraje también me encajó con Ennio, quien, muy sabiamente, también está intentando un regreso. Para preparar el papel de Ennio le mostré a Stefan el documental Adjust your tracking (2013), además de contarle multitud de historias acerca de los coleccionistas de VHS y toda esa subcultura.

Con respecto a Martin Wallström, yo ya era un gran fan suyo antes de Mr. Robot. En Robot estaba increíble y se generó tanto entusiasmo sobre él que pensaba que era imposible el poder contar con él en mi pequeña película. Sin embargo, a él le encantó el guion, y el resto es historia…

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De Videoman me gusta especialmente tu concepción audiovisual y el lenguaje narrativo proveniente del thriller italiano de los 70, es decir, tanto del giallo como de las derivaciones tonales que surgieron a raíz de él. Parece que Ennio, un absoluto fan del giallo, esté viviendo su propio giallo en una historia repleta de paranoia y obsesión psicológica. ¿Cómo asimilas, desde la silla del director, las características de las narrativas europeas, más específicamente italianas, de aquella época?

Yo soy un gran fan del giallo por lo que creé un personaje que también es un gran admirador de la corriente. Estás en lo correcto cuando dices que Ennio parece estar viviendo su propio giallo. Como siempre está viendo tantos gialli, sentí que cuando su vida se pusiera patas arriba, su fin debería estar inspirado por esas películas, ya que inflige los problemas que tiene sobre sí mismo. Es una metáfora, ya que su pasión se convierte en su maldición.

 

En relación a la pregunta anterior, ¿qué opinión te merece esa tendencia reciente, que algunos etiquetan como «neogiallo», compuesta por cineastas como los hermanos Onetti o la pareja formada por Hélène Cattet y Bruno Forzani, además de otros  enfoques que de una manera más o menos clara abordan una mirada retrospectiva a la narrativa europea como Peter Strickland o Nicolas Pesce?

Como soy fanático del género, este revival es altamente bienvenido por mí. Me encanta Berberian Sound Studio, pienso que Strickland está haciendo algo muy interesante y original. Sus películas están estéticamente inspiradas por el giallo, pero en su totalidad son otra cosa. Cattet y Forzani están mucho más cerca de los gialli de los 70 en comparación a Strickland, aunque sus películas sean  más experimentales que el giallo al uso. Me encantan sus películas, especialmente The Strange Colour of Your Body’s Tears, uno de los mejores giallo que haya visto nunca. Es una obra maestra. 

 

¿Cuál es tu opinión acerca del panorama actual del cine de terror? Muchos piensan que está experimentando, durante algunos años, un nuevo resurgimiento, donde incluso parece existir un predominio de óptica hacia las cinematografías de género de décadas atrás, como sucede en Videoman. ¿Podrías citarme algunas películas que para ti sean representativas y esenciales dentro del terror actual?

Pienso que el género está muy vivo y coleando en este preciso momento. Se están haciendo muchas películas y algunas de ellas se sienten nuevas en su naturaleza. Algunas de mis películas favoritas de los últimos años son: The Kill List, Prevenge, The House of The Devil, The Lighthouse, The Nightingale, The Blackcoat’s daughter y Gretel & Hansel.

 

¿Estás inmerso en algún nuevo proyecto?

Sí, así es. He escrito una película de terror psicológico y estoy tratando de encontrar financiación en este preciso momento. Crucemos dedos. 

 

Y para concluir, de fan a fan. ¿Argento o Fulci?

Argento.

 

Muchísimas gracias por tu tiempo, Kristian.

Un placer. Gracias por contar conmigo. 

 

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