Como cinta canadiense con cierto reclamo en el terror de segunda fila de aquel 2015, Hellions se ambienta en plena noche de Halloween para contar la historia de una joven de 17 años que descubre estar embarazada; lo que luego le ocurrirá será una reversión sobrenatural del mítico juego de truco o trato, cuando un grupo de seres infernales le planteen pasar la noche de las brujas siguiendo un desafío que parece venir del propio averno… El film venía además alabado por ser del director de una película con cierto prestigio en el horror indie como Pontypol (2008).

Vacuo intento de terror onírico y atmosférico con un comienzo que se antoja por momentos embaucador y con cierto interés (especialmente por el sobrenatural componente estético que se añade a la iconografía de Halloween) pero que acabará deambulando como una concatenación de escenas sin fuerza ni sentido, con un meritorio preciosismo pero bajo el inútil esfuerzo de impactar en base a la imagen y al sonido fracasando en el efecto escalofriante que McDonald pretende desde el prometedor inicio. El problema de la película es su desarrollo, alargado y partiendo de una ambigüedad ineficiente de su contexto, desaprovechando elementos tan sugerentes como las figuras fantasmales que darán título a la película o la introspección hacia la propia vivencia pesadillesca de la protagonista… Lamentablemente el nada ágil desarrollo de la trama no sujetará sus poco más de 80 minutos de duración, que se antojan como una reiteración de ideas donde la película se perderá. Buenas intenciones bajo el pobre intento de impactar en esos estamentos previamente citados (de lo que sería injusto no destacar unas pocas resoluciones escénicas interesantes) sumirán al espectador en un tedio absoluto, que le harán ajeno a las sensaciones pretendidas.

Prescindible película de uno de esos prometedores del cine de terror, Bruce McDonald, bajo el envoltorio del habitualmente interesante cine canadiense de género, que cuenta con una esforzada interpretación de Chloe Rose en este émulo sobrenatural de la opresión psicológica sufrida por Mia Farrow en La Semilla del Diablo (1968); aparecerán también Rachel Wilson (vista en Saw VII [2010]) y la siempre agradecida presencia de Robert Patrick, eterno antagonista de Terminator II. El Juicio Final (1991) y con circunstanciales presencias en el género como en The Faculty (1998) o Abierto Hasta el Amanecer 2. Texas Blood Money (1999). Curiosa será la recreación de la noche de Halloween por esa ambientación onírica y sobrenatural, no muy recurrida en dicha tonalidad, que resultará mucho más interesante en el primer acto donde la película guarda sus principales puntos de interés. Hellions pudo verse en festivales tan prestigiosos como Sundance o Toronto.

Saludos desde el Gabinete, camaradas.