Un grupo de adolescentes lleva a cabo una broma de bastante mal gusto durante la noche previa a la festividad a Halloween. La cosa se va de las manos alcanzando tal límite que una de las jóvenes, Beth, quedará en estado de coma; pronto se darán cuenta que uno de los chicos intenta liberarse de la maldición de Carver, esa que si no consigues engañar a alguien para matar a una persona será uno mismo el próximo en fallecer. Esta estrambótica premisa es bajo la que se construye este telefilm producido para el canal Syfy, convirtiéndose en una de las apuestas de la compañía para la pasada campaña de Halloween.
Partiendo de un ya demente e insustancial punto de partida, The Night Before Halloween es una película fallida ya desde la base: un inconexo, vacuo y defectuoso guión que nos plantea la idea de ver a un conjunto de jóvenes corriendo de un lado para otro sin ningún atisbo de interés o credibilidad, en una historia que presenta unos personajes fatalmente expuestos, una historia si ningún tipo de sentido, un desarrollo totalmente indiferente narrado de forma apática… Lo peor de todo es que no solo tanto a nivel de fondo y forma parece una película ejecutada a un nivel de aficionado, si no que el look televisivo acaba defenestrando un film que no guarda ningún compromiso con el terror, tan solo en una serie de jumpscares que, como no podía ser de otra forma y obviando los pobres resultados de los momentos de CGI, están fatalmente insertados en una historia que no pareció ni interesar a sus creadores.
Este espanto llega dirigido por Sheldon Wilson (un experto en el terror directo a videoclub, como demuestran sus previas Scarecrow [2013] o The Hollow [2015]), esta última también ambientada en Halloween), es de producción canadiense y en su reparto se cuenta con jóvenes rostros como Bailee Madison (No tengas miedo a la oscuridad [2010]), Justin Kelly (Maps to the Stars [2014]), o el más reconocible Anthony Lemke (American Psycho [2000]). Un desaprovechado intento de exprimir las cada vez más habituales maldiciones sobrenaturales en la noche de las brujas, que aquí no se preocupa ni lo más mínimo en implementar la iconografía de nuestra adorada festividad.
Saludos desde el Gabinete, camaradas.