El pasado sábado fallecía a la edad de 91 años Saturno Cerra, uno de los secundarios más incombustibles que ha dado el cine de género español, con especial recuerdo en su paso por el Western. Aunque, como en posteriores líneas veremos, participó en todo tipo de películas de diferentes corrientes, sería el Spaghetti Western el género estrella de su filmografía, logrando aparecer en algunos de los films más recordados de la vertiente, siempre como estoico secundario de firme y tosca presencia. Nacido en la asturiana localidad de Sebreño, Ribadesella, su rocambolesca vida bien podría haber originado toda una película. Comenzaría, casi de niño, trabajando como albañil en su pueblo de origen (siempre sería conocido por los lugareños como «El críu de Sebreñu»), para posteriormente coger las maletas y emigrar a Madrid para buscarse la vida; allí trabajaría como dependiente de moda, obteniendo enorme prestigio en el oficio, hasta que la decadente posguerra que asoló al país le obliga a cruzar el charco llegando a tierras brasileñas. En tales latitudes comenzaría su carrera como intérprete, participando en modestos films como O´ Cabeleira (1963) u O Santo Milagroso (1967), aunque una posterior visita a España le haría quedarse para siempre en su país de origen. Y es que durante esa década de los 60 le surgió la oportunidad de comenzar a participar en alguna de las producciones que comenzaban a proliferar de manera imparable en Almería, al mismo tiempo que eclosionaba y se asentaba el llamado Eurowestern. Una ilusión tremenda para el joven asturiano fue verse en aquellos rodajes, afirmando lo mucho que le gustaba <<colgarme los pistolones, ponerme el sombrero y montarme en un caballo>>, según sus propias palabras. Su currículum interpretativo se dispara entonces, cuando multitud de directores eligen su particular rostro e imponente físico para secundar multitud de films. Cerra tiene el honor de haber participado en auténticos hitos del Spaghetti Western como El bueno, el feo y el malo (1968) (es la primera víctima de la película, en la presentación de Tuco, junto a otro asturiano: Frank Braña), o Hasta que llegó su hora, ambas de Sergio Leone. En Almería también rodaría Una tumba para el sheriff (1965), Siete pistolas para los MacGregor (1966) (así como su secuela, Siete mujeres para los MacGregor, un año después), Johnny Yuma (1966), Dinamita Joe (1966), Manos Torpes (1970) o La muerte llega arrastrándose, entre otras muchas.
Si nos ceñimos al Western, Cerra compartió trabajo con directores de la talla de Sergio Leone, con quien tuvo una simpática anécdota que el bueno de Saturno tuvo a bien contar cuando fue invitado a la XIV edición del certamen cinematográfico Peor… ¡Imposible! de Gijón, evento en el que quien escribe estas líneas pudo conocer a nuestro protagonista de hoy junto a Raúl Artigot, también invitado y recientemente fallecido. Según las propias palabras del intérprete, Saturno no escuchó las órdenes de Leone en uno de los descansos del rodaje de Hasta que llegó su hora, algo que enfureció al director italiano, que pegó un fuerte golpe a la silla donde Cerra estaba sentado; la reacción del actor originó que sus casi dos metros de estatura cogiesen del cuello a Leone bajo una importante reprimenda del intérprete asturiano que, afortunadamente, no fue a mayores. En el Spaghetti Western también coincidiría con otros prestigiosos directores como Antonio Margheriti, Eugenio Martín, el también recientemente fallecido Mario Caiano, Rafael Romero Marchent o Mario Bianchi; de sus compañeros de reparto en el género cabe destacar no sólo las monumentales presencias de Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Eli Wallach o Claudia Cardinale, con los que coincidiría en sus trabajos para Leone, sino también a otros iconos del Spaghetti como Peter Lee Lawrence, Robert Woods, Nieves Navarro, Fernando Sancho o las siempre agradecidas presencias del ya mencionado Frank Braña o Aldo Sambrell, entre otros muchos.

Saturno junto a Frank Braña delante de un póster de El bueno, el feo y el malo en la primera edición del Almería Western Film Festival, en 2011, donde sería homenajeado.
Encasillado como un eficiente secundario cuya presencia siempre agradaba a la cámara, Cerra comenzaría gracias a estas apariciones una larga carrera como intérprete en otra multitud de películas de todo tipo de géneros, que abarcaban desde la comedia, el terror o el drama. De su ampulosa filmografía citaremos comedias icónicas de nuestro cine como Abuelo Made in Spain (1969) o Crimen Imperfecto (1970), clásicos como Tristana (1970), sus colaboraciones en el terror con Las siete vidas del gato (1971), La mansión de la niebla (1972), El jorobado de la Morgue (1973) o La campana del infierno (1973), el lisérgico exploit nacional Una gota de sangre para morir amando (1973) o las posteriores El caballero del Dragón (1985) o Dragón Rapide (1986), si pegamos un salto de década en el que no fueron pocas las series de televisión en las que participaría además de seguir siendo un rostro tremendante habitual del cine español. Trabajó a las órdenes de directores esenciales de nuestro cine como Luis Buñuel, Mario Camus o Eloy de la Iglesia, además de otros destacables y productivos realizadores como Pedro Lazaga, Javier Aguirre, el malogrado Claudio Guerín o Francisco Lara Polop, entre otros muchos. Saturno abandonó la intepretación en el año 90, y a partir de entonces vivió un retiro en su localidad natal de Sebreño, donde daría rienda suelta a algunas de sus otras pasiones como el golf o la pintura. Cuando el que esto escribe le conoció ahora hace ya 3 años, Cerra recordaba su carrera en el cine con cierta añoranza, aunque había algo que le hacía especial ilusión sobre todo lo demás: esos días en los que sus amigos hacían proyecciones en estos últimos años de algunas de sus películas como Siete pistolas para los MacGregor, viendo a su querido vecino, el siempre «Críu de Sebreñu» convertido en toda una estoica figura del Salvaje Oeste.
<<Al comienzo de El bueno, el feo y el malo hay un traveling de 100 metros y un Saloon, y vamos dos a caballo y luego a pie, los dos asturianos, Paco Braña y yo. Enfrente, lejos, hay un tío y parece que vamos a enfrentarnos en un duelo pero confluimos en la puerta del Saloon y entramos juntos. Se oyen unos disparos y sale «el Feo», Eli Wallach, por la cristalera comiendo y con un revólver humeante. Lo rodamos el día del Corpus. Nos pagaron tres veces lo contratado por ser fiesta. Yo tenía cagalera. «¿Y si me cago, Sergio?» y Leone: «Te cagas y sigues caminando». Nos llevó el día entero bajo un sol tremendo. El tercero de la escena era un inglés fino que se suicidó en Guadix (Granada) tirándose desde la terraza de unos apartamentos, poco después.>>
Hasta siempre, socio.
*Declaraciones de Saturno Cerra extraídas de la noticia de la ediciones digitales de El Comercio (http://www.elcomercio.es/asturias/oriente/201512/07/fallece-anos-actor-riosellano-20151207004241-v.html) y de La Nueva España (http://www.lne.es/sociedad/2015/12/07/fallece-91-anos-actor-pintor/1852040.html)
*Foto final de Saturno Cerra extraída de la noticia de la edición digital de El Comercio (http://www.elcomercio.es/asturias/oriente/201512/07/fallece-anos-actor-riosellano-20151207004241-v.html)