Dossier Nasty: «Bahía de Sangre» (Mario Bava, 1971)

poster

Otra de las más populares cintas que entraron dentro de la lista de las «Video Nasties» es Bahía de Sangre, de Mario Bava, cuyo original, Reazione a catena, es mucho más estimulante y esclarecedor. Convendría centrarse en la película no como una pieza más del terror italiano, aquí en unas maneras mucho más cafres y exacerbadas respecto al estado del género en aquel entonces (donde los gialli ya habían dado cuenta de los últimos efluvios del gótico transalpino), sino como fenómeno. Bahía de Sangre de hecho es considerado uno de los gialli más peculiares y singulares de la historia, aquí con la particularidad de provenir del considerado creador de la vertiente. Y es que, en esencia, y bajo el modesto punto de vista de quien esto firma, el film viene a significar algo así como el anti-giallo, ya que rompe de una manera exquisita los elementos compositivos de la corriente pero ofreciendo, de paso, algunas resoluciones que luego mutarían en expropiaciones para el futuro slasher americano. La trama nos habla de la existencia de una bahía cuyos terrenos generan un interés evlcsnap-2015-09-15-23h43m59s173mbriagador entre varias personas; su dueña, la Condesa Donnatti, es asesinada (en silla de ruedas, para añadir más crueldad al asunto) por su marido, en un homicidio  que parece marcar ya ciertas intenciones: el asesino es presentado con similares recursos estilísticos que como hacía el giallo (distinguimos presencia misteriosa en un ambiente donde la oscuridad es imperante, el fetichismo de elementos como los guantes negros, etc.) pero con la particularidad de que aquí pronto nos es mostrada su identidad: es su propio marido. Este primer homicidio presenta una puesta en escena imponente, dentro de la habitual valía de Bava para retratar interiores y con detalles de exquisita escabrosidad, como la rueda de la silla de la mujer que tras quedar esta ahorcada va cediendo su movimiento ante la cámara al mismo tiempo que la mujer exaspera su último aliento de vida. Posteriormente, y para redondear el enorme juguete que supone la película para su creador, otro asesino (esta vez, no identificado de inicio) mata al conde Donatti iniciándose la reacción en cadena de homicidios que da título al film en su nombre original. La personalidad del cineasta queda patente desde el inicio de manera intencionada, con la majestuosa recreación del interior donde tiene lugar esta apoteósica escena de inicio y con la eficiente utilización de la fotografía, dirigida por él mismo, que aporta una luminosidad exquisita a la oscuridad y una tenebrosidad ovlcsnap-2015-09-15-23h40m09s164stensible a los colores. El espíritu naíf, campy, (e ingenuo, a fin de cuentas) de piezas como La muchacha que sabía demasiado (1963) o Seis mujeres para el asesino (1964) parecen ya historia; Bava corta de un plumazo su relación con el giallo con una historia negra, negrísima, donde la maldad no quedará ejemplificada bajo los traumas psicológicos del villano enmascarado de turno: la identidad de los asesinos (una multitud dentro del festín de homicidios) no será un recurso de guión, dejando que valores como la avaricia, la codicia o la ruindad, salidos de los más hondos instintos de cada uno de los personajes (no hay personaje bueno en Bahía de Sangre, quizá sólo la inocencia de una pareja de niños que regalarán un broche dantesco al sarcasmo del film) ejecutarán los motivos de la trama.

vlcsnap-2015-09-15-23h46m18s39

Bahía de Sangre también rompe con el giallo desde su propio escenario: la escasa luminosidad de los callejones urbanos de las ciudades italianas, perennes localizaciones de los gialli, son sustiuidos aquí por el frondoso terreno rural anexo a la bahía protagonista, algo cuasi inhóspito en el género por aquel entonces (posteriormente, Lucio Fulci en Angustia de Silencio (1972) y sobretodo Sergio Martino en Torso (1963) también requerirían de localizaciones similares en otros dos extravagantes gialli), acierto formal que  Sean S. Cunningham rescataría para Viernes 13 (1980) (curiosamente, en la segunda parte de la saga, dirigida por Steve Miner, son copiados plano por plano dos asesinatos de Bahía de Sangre), para que posteriormente quedase confirmado que el film de Bava fuese una dvlcsnap-2015-09-15-23h47m59s45e las principales influencias de uno de los slashers más significativos. A pesar de lo grandilocuente del escenario principal, Bava no cesa en ejecutar el retrato de paisajes en su habitual talento cromático, además de no prescindir del uso de interiores para los asesinatos. Los homicidios, o como a servidor más le gusta denominarlos, Murder Set Pieces, son los principales culpables de que Bahía de Sangre navegue mucho más cerca del slasher (o al menos tal y como se conocería años después) que del giallo: lo cafre y salvaje de su ejecución, lejos también de las exquisitas y ostentosas muertas de los gialli de entonces, caracterizados por una fisicidad y plasticidad apabullantes (obra del artista Carlo Rambaldi), añaden una nueva dimensión a la película y además funcionan como siniestra postal de la sarcástica disertación sobre la mezquindad. Aunque el suspense funcione sin problemas, el film se dibuja como un exacerbado cuento de terror, fraguado con el exquisito entramado de Bava en su habitual ocultación/vlcsnap-2015-09-15-23h49m40s216muestra/engaño de alternativas argumentales, confulándose como un retrato del ser humano para el que se sirve del terror como método de impacto.
Es una película atrevida, como demuestra lo precursor de algunas de sus resoluciones: incluso tal es la locura formal que llega a alcanzar el guión (obra de Bava y Filippo Ottoni basándose en una visceral idea de Dardano Sachetti y Franco Barberi), que se llega a un punto en el que una pandilla de adolescentes es incluida en la narración como mero recurso para mostrar su asesinato: la perfidia originada con el primer homicidio llega a tal nivel que cualquier personaje puede ser ejecutado, entrando la historia en unos exquisitos grados de enajenación.

vlcsnap-2015-09-15-23h48m21s254

El director utilizará desde recursos habituales de su cine (la cámara empeñada en recorrer con elegancia los interiores,  incisión en los fondo de plano…) con otros más precursores para la época como la vista en primera persona del asesino (POV a partir de ahora y quizá influencia de John Carpenter para el apoteósico inicio de La Noche de  Halloween [1978]); Bava además sabe como inducir lo malsano y perturbador de la temática en su propia narración, algo que funciona bajo un fino hilo de suspense perfectamente construido y donde a pesar de lo exacerbado de su desarrollo, se logra mantener el interés en todo momento. Su contundencia nace en la propia premisa argumental de aniquilar el misterio de manera prematura (en cuanto el espectador comience a preguntarse la identidad de cada asesino, esta se resolverá poco después), pero sin obviar el halo enigmático y una latente perversidad.vlcsnap-2015-09-16-00h01m43s84 Bahía de Sangre es definida por muchos como el primer slasher de la historia (es innegable la influencia en la vertiente, quizá como consecuencia de llevar el giallo por unos terrenos estilísiticos muy escabrosos), aunque servidor prefiere asimilarla como el sombrío (y precoz) canto del cisne de los gialli en lo que a sus altas cotas artísticas se refiere, justo en el momento en el que el subgénero estaba sufriendo una explosión de producción imparable como respuesta a la «Trilogía animal» de Dario Argento. Así parece atestiguarlo su final, la manera en la que Bava remata su ejemplar y alocada broma cinematográfica  donde la pareja protagonista es ajusticiada, de manera tan inesperada como ingenua, por dos infantes.

vlcsnap-2015-09-20-15h06m09s224

Claudia Auger (quien ese mismo año aparecía en un giallo extraordinario como La tarántula del vientre negro [1971]) como Renata y Luigi Pistilli (La cola del escorpión [1971], La iguana de la lengua de fuego [1971], Vicios prohibidos [1972]… además de ser rostro habitual del Spaghetti Western) como Albert son la pareja protagonista de un reparto conformado también por la desconocida Anna Maria Rosati, Chris Avram (El asesino ha reservado nueve butacas [1974]),  Claudio Volonté (Como lobos sedientos [1967]), Laura Betti (Novecento [1976]), la alemana Brigitte Skay (La duquesa del diablo [1969]), o la pareja de condes, de efímera aparición, formada por Isa Miranda (El retrato de Dorian Gray [1970], El portero de noche [1974]) y Giovanni Nuvoletti. La música, con un tono de clasicismo inquietante, además de fanfarria para el recuerdo, es obra del incombustible Stelvio Cipriani, uno de los más activos compositores italianos del cinemabis de los años 70 y 80.  El maestro italiano de los efectos especiales Carlo Rambaldi, antes de ser mundialmente conocido por diseñar el E.T. de Steven Spielberg, tenía una fructuosa carrera en el medio en su país de origen, habiendo trabajado con directores del calibre de Lucio Fulci, Damiano Damiani, Riccardo Freda o Dario Argento. Con Bava Bahía de sangre sería su segunda colaboración, tras una participación no acreditada en Terror en el espacio. En su época sorprendería el trabajo de Rambaldi por su enorme pose grotesca y la espectacularidad con la que la hemoglobina aparecía en pantalla.

vlcsnap-2015-09-20-15h10m31s25

Como era de esperar, la crueldad de los asesinatos no pasarían por alto a los censores británicos. Podemos describir a continuación las secuencias o momentos, repletos de crueldad y con altas dosis de gore, que podrían haber causado tanto revuelo a las autoridades pertinentes:  cabe mencionar antes que son los primeros asesinatos, protagonizados por los condes, los que menos inciden en el recurso de la sangre, ya que Bava apuvlcsnap-2015-09-15-23h56m08s59esta para ellos en los prodigioso de su puesta en escena (con ejecución cuasi operística, sobretodo en el de la anciana).
Minutos después uno de los jóvenes que llegan a la bahía (que como ya hemos dicho, parece que Bava introduce en escena tan solo por el placer de verlos ejecutar), descubre un cadáver en el agua y huye despavorida: será ejecutada (con la cámara POV kamikaze que Raimi pareció heredar en Posesión Infernal [1980]) con un machete, donde el golpe del acero y la carne da fruto por primera vez en la película a una sangre de enorme plasticidad, de un excesivo tono grand guignolesco como el requerido años atrás por Hershell Gordon Lewis, que estará presente en los demás asesinatos; vlcsnap-2015-09-15-23h59m28s9en esta ejecución, además, vemos esa rotundidad impropia de los gialli y usurpada por el futuro slasher. En las mismas connotaciones se presenta, pocos minutos después, el asesinato de un joven con el machete atravesando su rostro (el POV previo aquí ya es muy evidente, y de sabia ejecución) además de la joven pareja que son atravesados con una lanza mientras practican sexo. Incómodo es el momento en el que Renata encuentra el cadáver de su padre, pero mucho más espectacular es la decapitación de la mujer (precedido de un hermoso plano cenital) que descubre uno de los cadáveres. Una asfixia precede a la traca final de la película, mucho menos grotesca que lo precedido, que en cuanto a muertes destaca en el empalamiento abdominal que comete el personaje de Luigi Pistilli y la conclusión en la que la aparentemente victoriosa pareja principal acaba asesinada involuntariamente por una pareja de niños.

vlcsnap-2015-09-20-15h08m14s196 vlcsnap-2015-09-20-15h08m20s254

vlcsnap-2015-09-20-15h16m33s64

Inicialmente la película sería con las que más se cebaría las British Board Of Film Classification, prohibiéndole de inicio su estreno en cine, aunque paradójicamente su primera edición en vídeo años después sí tendría un montaje prácticamente íntegro. Posteriormente, y añadiéndole aún más grados de disparate al asunto, en 1994 se editaría en vídeo en el Reino Unido con 7 cortes que sumarían en total 43 segundos eliminados. Finalmente, Arrow Video la editaría en el año 2010 ya en DVD y nuevamente sin censurar.

vlcsnap-2015-09-20-15h17m15s226

Saludos desde el Gabinete, camaradas.

6 comentarios en “Dossier Nasty: «Bahía de Sangre» (Mario Bava, 1971)

  1. Pingback: Dossier Giallo: Introduciendo un género. Y la muerte vestía de color amarillo… | El Gabinete del Reverendo Wilson

  2. Pingback: Dossier Giallo: “Seis mujeres para el asesino” (Mario Bava, 1964) | El Gabinete del Reverendo Wilson

  3. Pingback: “Terror en el convento” (Bruno Mattei, 1981) | El Gabinete del Reverendo Wilson

  4. Pingback: Dossier Giallo: “Joven de buena familia sospechosa de asesinato” (Alfonso Brescia, 1972) | El Gabinete del Reverendo Wilson

  5. Pingback: Dossier Slasher: Introduciendo un género. Máscaras, cuchillos y gritos en la oscuridad… (2) | El Gabinete del Reverendo Wilson

  6. Pingback: Dossier Slasher: Introduciendo un género. Máscaras, cuchillos y gritos en la oscuridad… (2) - La Casa Ártica

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s