¿Existe algo más simbólico para la cultura del terror americana que las atracciones de feria inspiradas en casas malditas, crímenes y sensaciones constantes de horror?. Eso es lo que seguramente habrá pensado el director Bobby Roe para engendrar este film bajo el sugerente título de The Houses October Built, donde la cercanía a la festividad de Halloween provoca el interés por esa fascinante variante del mundo feriante rendida a los encantos del terror. A modo de metraje encontrado, la historia se centra en un grupo de jóvenes que se disponen a realizar una escapada por varios puntos de la geografía norteamericana en búsqueda de esas ferias que esconden la rama más underground del freak show con atracciones realmente espeluznantes; la proliferación de la sangre, el elemento sórdido y la perturbadora estampa de los individuos que pueblan estos emplazamientos parece tan real que supone una inquietante experiencia por el lado más oscuro de la celebración de Halloween…
Nos encontramos ante un más que eficiente mockumentary que aunque se arraigue en muchos de los clichés del ahora desgastado subgénero, parte de una idea tan fascinante como es la de recorrer el reverso más oscuro y espeluznante de esa (contra)cultura estadounidense hacia el terror, donde la fina línea que separa realidad y ficción se construye en base a la sensación de quien disfruta de este universo tan grotesco como burlesco. A ese respecto, el director Bobby Roe (quien había realizado años atrás un documental real homónimo sobre esta temática y del que rescata aquí algunos fragmentos) plantea el admirable punto de vista de centrar la narración en un pequeño pero directo estudio del miedo, utilizando su formato no como énfasis narrativo sino como la manera de recorrer bajo las texturas del cine de guerrilla toda una retahíla de los clichés de la sensación (sub)urbana respecto a la festividad de Halloween; más allá del truco o trato o de la imagen inocente e ingenua con la que la fiesta se ha perpetuado, The Houses October Built recorre su lado más perverso, con unos valores de producción escasos pero que aumentarán una sordidez escénica elemental para la trama. Aún contando con un desarrollo algo irregular y bajo ciertas disonancias en su narración, la película se guardara para sí ciertos momentos de enorme potencial visual, donde las aristas del found footage (a pesar, como se ha dicho, de recurrir a muchos de sus planteamientos escénicos más tópicos) proponen una suciedad en su atmósfera necesaria para su discurso.
Quizá las ya desgastadas maneras del mockumentary acaben jugando en su contra (secuencias resueltas de manera confusa estarán bastante presentes), pero el film se auto-promulga como una película referencial hacia la festividad de Halloween astillando la versión más extravagante y mugrienta de la fiesta; un paseo por un freak show circense e inquietante que dibuja una relevante aunque olvidada concepción de la noche de las brujas, además de discernir sobre la perenne adrenalina del miedo y la sugestión ante lo perverso. Si bien es cierto que, como ocurre con otros found footage, una narración convencional bien estructurada estéticamente podría haber obtenido muchos mejores resultados,The Houses October Built cumple con su necesario cometido. Escrita por el propio Bobby Roe (quien interpreta además a uno de los protagonistas) en compañía de Jason Zada (director de El bosque de los suicidios [2015]) y Zack Andrews (otro de los actores), en producción contó con el apoyo de Steven Schneider, uno de los responsables de Blumhouse Productions, compañía clave en el terror mainstream moderno.
Saludos desde el Gabinete, camaradas.
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